En cuanto a la pronunciación Manaos a pesar de la escritura Manaus, tenemos tres datos.
1) Tenemos la confirmación escuchada de que es Manaos.
2) Más aún, a más de la O, frecuentemente se escucha Manaosh.
3) Más aún, vimos en una publicación, de edad que no sabríamos especificar >> pero bastante venerable, el nombre de una de las etnias que solían vivir al >>>norte del río de las Amazonas como los Manaos con O.
De manera que parece que, originariamente, había coincidencia entre ortografía y pronunciación. Y entonces, como en el caso del Huari vernacular y del Wari gringo en el Perú, debe de ser acá otro caso de gringuismo. Algún gringo que escuchó "aos" y tuvo que escribirlo "aus" para pronunciarlo "aos", y luego todo el mundo, en sagrada reverencia, y en ignorancia de las patológicas características del idioma y de la mente anglos, apresurándose servilmente a escribir aus - pero pronunciando aos; salvo forasteros ignorantes de la realidad, pronunciando concienzudamente Manaus.
Pasando del vocablo Manaos a la etnia paraborigen Manaos, en la misma venerable publicación, vimos una colección de retratos a mano representativos de quizás dos docenas de etnias amazónicas de aquella época; entre ellos, de una mujer de los Manaos - una cara, muy lejos de angulosidad asiática, una cara de redondez que podría ser renacentista si no fuera por su tez canela; otra ilustración de la asombrosa variedad de las etnias amazónicas.
Tiempo todavía para el macabro ritual fúnebre de los Borôros, que nos es difícil creer que todavía existe, en esta octava década del siglo XX, si bien así lo describe la propia Funai a fines de la década séptima de este siglo XX.
+ Cuando se agrava el estado de un enfermo, se llama al brujo-curandero quien >>dice si el enfermo se va a curar o va a morir.
+ Si el fallo es que va a morir, se suspende toda alimentación al enfermo.
+ Cuando el enfermo empeora - que puede ser tanto, si no más, por la falta de >>alimentación que por la dolencia - se le cubre el cuerpo de plumas, y >>empiezan letanías de llantos.
+ Al ocurrir la muerte, los allegados cortan el cadáver para sangrarlo.
+ Al crepúsculo siguiente a la muerte, los notables de la aldea, solemnizados >>con sus insignias de grandes plumas, y entonando lamentos, reciben al finado >>en la explanada central.
+ Se sepulta el cuerpo temporariamente, a ras debajo de tierra.
+ En los 15 anocheceres siguientes, los allegados riegan copiosamente la >>sepultura.
+ En el decimoquinto anochecer, empiezan otra vez melopeas de lamentos y duran >>una noche, un día, una noche, hasta el segundo amanecer.
+ Empezando en este segundo amanecer, se exhuma el cadáver al son de más >>lamentos; se lo lleva a orilla de un río; se limpia los huesos de la carne >>en descomposición; se lleva los huesos, en un canasto, de vuelta al lugar >>>>>>>>