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estaban muy infelices con respecto a la construcción de la carretera, por la ruina del negocio naviero que ello significaba, y ahora son muy felices de ingeniarse para que la carretera se arregle lo más tarde posible; si nunca, mejor.

Por otra parte, es cierto que la factura misma de la carretera es una vergüenza. Nos hace pensar en la carretera a Santa Cruz, en Bolivia: una carretera hecha no para durar sino para satisfacer la vanidad y los intereses del momento de algún político.

Todo lo anterior significa, naturalmente, que estamos del otro lado de lo peor de la pesadilla. Agotados pero felices, y también conscientes de la otra suerte que tuvimos, a saber que, hoy, el diluvio de cada tarde se atrasó, y recién ahora, cuando estamos estacionados a salvo para dormir en un nuevo posto, empezó a llover torrencialmente.

Es un jueguito perverso imaginarse ahora lo que hubiese sido luchar con esas tumbas bajo esta lluvia, con más barro todavía, con el fondo de las zanjas invisible bajo el agua, y nosotros empapados hasta los huesos; e imaginarse qué hubiese sido el no haber tenido nuestro elefante personal y haber tenido que esperar tres veces que viniese un camión - que podría haber sido media hora, una hora, una hora y media, cada vez, y en la dirección apropiada para tirarnos hacia adelante y no hacia atrás.

Ahora que, este último dilema hubiese sido fácilmente solucionable con un poco de astucia, a saber, esperar delante de cada zanja hasta que, en la distancia, apareciese un camión desde la dirección apropiada, o sea la dirección opuesta a la nuestra, y, antes de que llegase, meterse en la zanja para tener la seguridad, en caso de atrancarnos, de ser sacados en la dirección deseada.

Naturalmente, los camioneros no sacan a los demás por buenos samaritanos sino porque, si no los sacan, no pueden pasar, ellos.  Muy simple.

Ah, sí, en un momento de las luchas, Božka no encontró otra cosa mejor que acordarse de que hoy es el último día del cuarto año de esta Expedición. Mañana, empieza el quinto año.  Vaya, qué manera de celebrar el aniversario.

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Esta mañana, el camino resulta sólo muy malo, sólo pésimo, o sea ya sin tumbas, quiere decir que la vida es color rosa.



Casucha en la selva

Ahora, incluso, hay trechos de asfalto bastante largos; como para empezar a pensar en cosas menos mundanas.

Por ejemplo, pensar en que tenemos la suerte, dentro de todo, de estar guiados, sin error posible, por el hilo de esta calamidad de ruta: no hay >>>>>>>>