>< Tercer renglón inter-societal.
Parece que, a esta altura de las cosas - con mucho más paraborígenes ya muertos que vivos, mucho más tierras paraborígenes ya tomadas que todavía no tomadas - todo lo que se polemiza, arguye, relacionado con el trato dado a los paraborígenes del Brasil, es mucho barullo por poca cosa; además, sin ningún efecto práctico, a no ser de proceder de manera no tan desvergonzada como anteriormente.
El capítulo de los paraborígenes brasileños en la historia de la humanidad parece un capítulo ya escrito y sellado, faltando quizás tan sólo el último parrafito que terminará: "y no hubo más paraborígenes de existencia cultural independiente".
Cabe especificar que todo lo susodicho no es la destilación de algún disconforme profesional sino de un hombre que nos dijo, haber ingresado a la Funai hace años con grandes ideales, y ahora, sentir solamente profunda tristeza. Otro funcionario, sin hablar tan explícitamente, nos dio a entender que la Funai no es lo que pretende ser.
Y ahora como comentario nuestro, es, en verdad, vertiginoso leer, en publicaciones oficiales referentes a la cuestión paraborigen, primorosas formulaciones de nobilísimos propósitos como "dar a los indígenas el derecho de trazar su propio destino", "darles el derecho de autodeterminación", "preservar su cultura"; y luego pensar que todo eso, propio destino, autodeterminación, cultura, los paraborígenes siempre, por siglos y milenios, lo tuvieron antes de que los generosos hipócritas viniesen a robárselo, para luego pretender magnánimamente otorgárselo - pretender solamente, porque nos preguntamos qué pasaría si los paraborígenes, en ejercicio de su autodeterminación dijeran: "queremos nuestros grandes espacios, queremos nunca más verles la cara".
▪3▪ Los pequeños ingredientes de la vida cotidiana paraborigen brasileña, que la hacen universalmente humana - creencias, subsistencia, vida familial - son así; no sabemos en qué orden ponerlos.
▪▪ Religión.
• Muy infrecuente es la noción de un ser supremo, creador de la Tierra, y su posible destructor. Entre el puñado de tribus paraborígenes que lo conciben, su nombre es Nianderuvusú.
• Frecuente es el concepto de antiguos seres míticos, benefactores de la tribu por haber venido alguna vez a enseñarle los conocimientos técnicos y las reglas sociales que ahora son su base. Por tanto, es erróneo lo frecuentemente repetido que "Tupã es el Dios de los indios". Para empezar, la palabra "Tupã" no es conocida de todos los paraborígenes brasileños; solamente de aquellos de >>>>>>>>