Hacia Cuiabá, pues.
No. Nos íbamos a olvidar de anotar otras conversaciones; de atrocidades pasadas, de violencias recientes, de un resurgimiento - tal vez.
║ Escuchamos de atrocidades pasadas; como matanzas con metralleta, bombardeo desde el aire, regalos de golosinas envenenadas, regalos de ropas contaminadas de enfermedades contagiosas.
║ Escuchamos de violencias más recientes y muy recientes; como el muy reciente ataque, en noviembre de 1985, a una aldea de Pataxós, en plena zona supuestamente civilizada del Brasil, precisamente cerca de donde arribó Cabral, por treinta miembros de la Policía Militar, quienes pegaron a todo el mundo, niños y ancianos incluidos, con un saldo de treinta heridos graves, y violaron a mujeres; como el caso de los Culinas, de los Yahuanahuaes (quizás también dichos Yamanahuaes) y de los Panos - ubicados, como simbólicamente, en el otro extremo, el más occidental, el más retirado, del Brasil, en Acre - todavía con sus rostros y hombros marcados a hierro candente con las iniciales de sus esclavizadores por su reciente esclavitud.
║ Escuchamos de obliteración de paraborígenes no por violencia directa sino por destrucción de su ambiente vital; por emprendimientos como el Proyecto Carayás que está borrando del mapa diez etnias paraborígenes, y ocho otros tales emprendimientos; y por empresas, menos ciclópeas, agropecuarias y madereras, pero en los centenares.
║ Escuchamos cómo la destrucción del ambiente físico paraborigen tiene como consecuencia, quizás aun peor, la desertificación, el vaciamiento, de la vida espiritual de gentes cuya riqueza impalpable estaba tan basada en ese ambiente físico de la naturaleza - intensidad de relación de la cual algo ya escuchamos acerca de los Shuar de Ecuador.
║ Escuchamos del cinismo, o no se sabe de qué, de confiar la protección del gallinero al zorro, de confiar la supuesta protección de los paraborígenes brasileños a la Funai, que, a su vez, depende del Ministerio del Interior, el ministerio encargado de destruir la Amazonia para satisfacer la gula de los grandes consorcios internacionales, bajo la bandera de cumplir el sagrado destino del Brasil en el mundo.
║ Escuchamos de galvanización de la voluntad de resistir, ya no en isolación sino forjando alianzas; rehusando tratar con la Funai; exigiendo trato con los más altos ejecutivos del gobierno directamente; ayudándose físicamente entre tribus vecinas en casos de violencia; creando, en 1979, una alianza global de todas las etnias amazónicas, la União de Nações Indígenas, con un periódico cada dos meses y un programa de radio semanal; incluso estableciendo contactos internacionales con entidades paraborígenes análogas, con conferencias ya >>>>>>>>