También, se rumorea, porque rumores nunca faltan, según estamos aprendiendo, que, a orillas de este mismo río Araguaia, hubo casos de ganado muerto por arrancamiento de las lenguas, caso idéntico a lo rumoreado en el Paraguay; y que se encontró pisadas parecidas a humanas pero de 52,5 centímetros de largo, así como se encontraron tales pisadas en otras partes del Brasil. Lo que nos hace acordar, inevitablemente, de todos los rumores de tales huellas, y hasta de avistamientos vivos de patagones, en otros países, hasta en el lejano Canadá.
Hoy, lo que vimos en el río Araguaia fue una lancha rápida arrastrando a un esquiador náutico.
♦ Cruzamos del estado de Goiás a uno de los dos estados que llevan el famoso nombre de Mato Grosso; si bien, en el folklore internacional, el nombre es famoso no como división política sino como selva inmensa e impenetrable - que es lo que el nombre significa.
♦ Y cruzamos, otra vez, de una zona horaria a otra. Las 12 se hizo de repente las 11.
A pesar de ser domingo, pudimos hablar con personas entendidas en materias paraborígenes, incluso con un grupo de Xavantes, naturalmente totalmente aculturados e indistinguibles de cualquier otro vecino si no fuera por sus rasgos inconfundibles y su corte de cabello. Y juntamos suficiente información como para decidir, tras maduras consideraciones, 1) que no vamos a hacer lo que nos tentaba hacer, y 2) que vamos a hacer lo que no pensábamos hacer.
1) Resulta que, de Barra do Garças, sale una ruta hacia el norte,
» por una parte, famosa por ser el símbolo de las repetidas y corrosivas faltas de cumplimiento por los Blancos - siempre con lindas racionalizaciones iniciales y, finalmente, con llano, prepotente, descaro - de promesas sagradas dadas a los paraborígenes;
» además, por otra parte, de especial significado para nosotros porque no existía todavía cuando recién estábamos empezando a pensar en esta Expedición; y porque ahora pasa, primero, prácticamente por entre un núcleo de tierras de los famosos Xavantes, y, luego, siempre hacia el norte, entre la famosa isla do Bananal y la famosa reserva paraborigen del Xingu; doblando, entonces, hacia el oeste por el costado norte de esta última tierra paraborigen Xingu hasta encontrarse, perpendicularmente, con otra ruta, norte-sur, que lleva a Cuiabá; pasando, esta ruta, por una zona que, en otros tiempos, tenía la fama de albergar, sobre 1.000 kilómetros de norte a sur, y 500 kilómetros de este a oeste, una de las más hermosas y variadas faunas del Brasil, lo que no era poco decir.
En resumen, muchas razones acumuladas para la tentación de dar esta larga vuelta de más de 1.600 kilómetros de ruta nueva, en vez de ir directamente a Cuiabá.
/\/\ En cuanto a la perfidia blanca simbolizada por la referida ruta hacia el norte, tiene nombre famoso; justamente, "Xingu"; a manos del propio gobierno. Y fue así.