la sangre desde el diferencial roto en Bariloche. Naturalmente, Karel trabó los frenos al milisegundo. Cautelosa media vuelta de rueda hacia adelante, ningún ruido. Para atrás, no nos animamos a re-crear el riesgo de romper algo; por lo menos hacia adelante se podía caminar.
Volviendo a la sensacional estratificación de refinados colores en los rojizos, rosáceos, anaranjados, con contraste de óxido de hierro oscuro y blanco tipo talco, ¿podría tener alguna relación con un lugar a 300 kilómetros al oeste de aquí, tan importante que se merece una identificación hasta en uno de nuestros mapas, el Projeto Grande Carajás?
La génesis de este proyecto de la Serra dos Carajás es así.
•^• Primero, en 1967, se tropezó con unas rocas que ni se buscaba.
•^• Luego, se vio que estas rocas eran mineral de hierro.
•^• Luego, se descubrió que debajo de dichas rocas había más mineral de hierro, y debajo de este mineral de hierro, más mineral de hierro, en realidad, todo un cerro de 18 billones [no sabemos de cuáles billones] de toneladas de mineral de hierro, el mayor de su tipo descubierto hasta el momento - lo suficiente para siglos tanto de mercado nacional como de exportaciones.
•^• Y luego, en el remolino, también se descubrió, cobre, 1,2 billón de toneladas [no sabemos si del billón con nueve o con doce ceros], y también oro, níquel, manganeso, 75 millones de toneladas, bauxita, 48 millones de toneladas, plomo, cinc, cromo, estaño.
•^• Luego, se decidió que extraer y vender no es suficiente, y se habló de industrializar, produciendo hierro en lingotes, acero semi-terminado, silicio metálico, aluminio, ácido sulfúrico.
•^• Luego, el entusiasmo se extendió a agricultura y se habló de arroz, con proyección de 10 millones de toneladas por año, maíz, con proyección de 2,5 millones de toneladas por año, porotos, caña de azúcar, soya, aceite de palma, mandioca, y más.
•^• Todo ello, en una zona sin caminos, sin ferrocarriles, sin ríos navegables, por lo que se construyó un ferrocarril de 800 kilómetros, un ferrocarril, según la cordura y la realidad económicas hace poco mencionadas, eléctrico; con, se dice, 160 vagones por tren. Ahora, nos damos cuenta de qué vimos cuando cruzamos aquel ferrocarril de terraplén nuevito, rieles nuevitos, todo nuevito, en Santa Inés de Maranhão, en dirección entre tierra adentro y el mar, y también ayer, cerca de Açailândia.
Así fueron las imprevisibles repercusiones de aquellas primeras rocas de la Serra dos Carajás.
Serra dos Carajás - sierra de los Carayaes, escrito en castellano y pronunciado a la estuarioplatense. ¿Dónde están, cómo están, si es que todavía están, los Carayaes, esta etnia del mundo amazónico en desintegración? Así es otra repercusión del tropezón con las rocas aquellas que ni se buscaba, la de >>>>>>>>