*║* A colocar la resistencia. Pero, con el regulador nuevo y la resistencia re-puesta, seguía la pequeña descarga. Quizás el amperímetro deficiente. A sacarlo y verificarlo. No, anda perfectamente. Por la duda, a limpiar sus terminales y colocarlo de vuelta. Esta vez, no más descarga, pero tampoco carga, y el amperímetro no reacciona a cambios de consumo de electricidad y/o de revoluciones del motor.
No sabiendo más qué hacer, ya que, en ese momento, era evidente que no podíamos contar con las luces - en amargo juego de palabras - del electricista y del jefe de taller, y que necesitábamos tiempo para tomar nuestras propias determinaciones, dejamos de lado el tema, y pedimos que se sacara y limpiara una de las ocho bujías que, sabemos, se humedece de aceite, y también que se vea por qué no prende una luz de posición.
Para sacar y limpiar la bujía, hubo que llamar, naturalmente, a otro experto. Y la bujía salió; pero en pedacitos. Primero, el experto en bujías rompió la parte que sale del motor con una herramienta inapropiada. Luego, como no tenía herramientas para sacar la parte restante, tuvimos que recurrir a nuestras propias herramientas y prestarle una llave de bujías. Así que ahora andamos con una bujía limpísima ... de una marca y de características diferentes de las siete otras bujías.
En cuanto a la luz de posición, como no tenían a mano el destornillador octogonal necesario para sacar la tapita de plástico, lo fueron a buscar quién sabe a dónde. Como la cosa se prolongaba en demasía, sin decir palabra a nadie recurrimos otra vez a nuestras herramientas, sacamos la llave octogonal necesaria, desmontamos la tapita, arreglamos el problema, recolocamos la tapita, y todo estaba listo mientras ellos todavía seguían buscando la herramienta.
Todo ello, en esa gran concesionaria a todo lujo.
Pero, ¿por qué quejarnos - no son estas experiencias tan excitantes como muchas de las otras experiencias de esta Expedición?
Además, de paso, quizás - solamente quizás, porque quién puede fiar en gente semejante - aprendimos algo sobre evaporación diferencial.
Resulta que, repetidamente, habíamos observado que el motor anda mejor del medio día en adelante que de mañana. Božka decía que, tal vez, porque está más calentado. Karel decía que no, que una vez calentado después del primer andar, sigue igual en adelante. Ahora, tal vez tengamos una explicación. Resulta que, siendo este combustible brasileño una mezcla de nafta y de alcohol, y siendo la evaporación del alcohol más fácil que la de la nafta, con mayor edad del combustible o con mayor calor ambiental el alcohol se va evaporando, dejando la gasolina cada vez más pura y, por lo tanto, mejor que los 63 octanos que tiene la alconafta de origen. Por lo que valga, tomamos nota de esta explicación.