Cuando manifestamos nuestra reprobación, se nos dijo que hay demasiados extranjeros ilegales en el país. Así que, porque hay extranjeros ilegales se castiga a los extranjeros legales que se preocupan por mantener su estatuto en orden. Y ¿por qué no se podría vender, ya que hay que venderlos, los formularios, y cobrar los derechos, ahí mismo en la oficina de migraciones?
Se nos ocurre que la razón verdadera es que el gobierno no tiene confianza en sus propios funcionarios y establece una red de controles mutuos internos.
El anochecer no trajo alivio.
1) Al taller del problema eléctrico, llegamos demasiado tarde.
2) Para la noche, no vimos lugar adecuado dentro del perímetro urbano.
3) Por colmo, Belém padece del mismo problema que Bahia/Salvador, el problema >>>de estar en un promontorio, con un solo acceso; y, por lo tanto, de tener >>>una muy larga extensión de arrabales en esa única dirección.
Por todo cuanto, tuvimos que buscar unos 25 kilómetros - con faros prendidos y sistema eléctrico no del todo satisfactorio - hasta encontrar un posto algo acogedor, con menos camiones, menos barullo, y unos árboles; y hay que tomar muy en cuenta que viajar por estas calles y rutas de noche es un suicidio o por lo menos un vehículo-cidio, por todas las trampas que, en la oscuridad, se ve sólo cuando uno está prácticamente encima - o adentro.
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BL Esta mañana, de vuelta al taller, por supuesto.
Hablando, hablando, nos enteramos de una barbaridad que nos hizo aguzar el oído y salir los ojos de sus órbitas. Ayer, el electricista armó el alternador y su nuevo regulador de voltaje sin colocar ninguna resistencia. La nuestra estaba quemada; otra, ellos no tenían; y, total, algunos sistemas no llevan resistencia. De no creerlo aun escuchándolo con oídos propios.
*║* A buscar desesperadamente en la basura de ayer la pequeña resistencia. Por milagro, se encontró; y en ese lugar y ese instante, nos alcanzó, desde esa resistencia - para mitigar con un poco de humor lo demasiado increíble para creerse aunque se vea y escuche - una descarga que nos dejó atónitos: la pequeña primorosa resistencia rescatada de la basura no estaba quemada, estaba perfectamente bien.
*║* ¿Y eso, cómo podía ser? Y es que el genio-electricista, al comprobar que el regulador estaba quemado, asumió, sólo asumió, no comprobó, que la resistencia estaba quemada. ¡Y ese idiota, cobrando un sueldo que no se merece!