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Lo que nosotros notamos, y nos preguntamos si otros lo habrán notado también, es que por lo menos ciertos de los grupos de figuras - que, de cualquier manera que se los mire, son estéticos - parecen tener más sentido estético, observándolos como si el observador tuviera los pies para arriba, o sea como si la parte baja de los dibujos fuese la parte alta y viceversa. Lo que en nada ayuda pero es curioso.

De todos modos, como impresión general y final, estos grabados son ciertamente, a la vez, diferentes de, y superiores a, las habituales manifestaciones rupestres que vimos, teniendo quizás digna compañía en elegancia solamente en una de las pequeñas pinturas policromas rupestres que vimos en el noroeste argentino.

A más de las figuras evidentes y bien conservadas en una larga roca de pared vertical, hay otros grabados, en un afloramiento más cerca de la horizontal, por lo tanto más expuestos a las intemperies y a las pisadas, de manera que son bastante borrados. Sin embargo, se distingue algo que no es, pero puede describirse como, destellos de fuegos artificiales.

A defecto de la Inscripción de Paraíba, nos tomamos un baño en las aguas calientes del riacho y decidimos seguir camino hasta la Universidad Federal de la vecina ciudad de Campina Grande, a ver qué dicen los eruditos.

Aquí estamos. Los eruditos ya se fueron a dormir. Nosotros tenemos permiso de la rectoría para pernoctar en la universidad misma.

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Esta mañana, de la universidad, nos enviaron a la casa de un matrimonio de eruditos; ella, antropóloga, especializada en Paraíba, ambos, munidos de títulos, ambos, incluso profesores en la universidad, y provistos de una impresionante biblioteca de miles de libros que sería la envidia de muchas bibliotecas públicas.

Al ver el facsímile de la inscripción que buscamos, la reacción fue inmediata y rotunda: tal cosa no existe, pura invención e irresponsabilidad; como tampoco existe, en todo el estado de Paraíba, cualquier otro tipo de inscripción; sólo hay figuras; algunas, grabadas como en la Itacoatiara de Ingá, otras, pintadas en varios colores.

Así que tenemos la Piedra o Pedra de Ingá - pero, desafortunadamente, no tenemos la Inscripción de Paraíba.

¿Qué tiene esa inscripción que logra suscitar lidias de entusiasmo y ridículo entre gentes que nunca vieron la inscripción en vivo?