º En cuanto a los metales disueltos, se los va precipitando sucesivamente, uno >>por uno; se precipita y extrae el cobre, y el cadmio, y, como impureza, el >>hierro, lo que, eventualmente, deja una solución purificada de cinc.
º ¿Cómo se extrae el cinc de la solución?  Por medio de electrólisis, en >>grandes tanques donde el cinc se va depositando en cátodos de aluminio. Aquí >>tienen 23.000 tales cátodos.
º Luego, se separa el depósito de cinc de su soporte de aluminio y se manda a >>hornos de inducción eléctrica para su fundición.
º Finalmente, el cinc fundido se cuela en lingotes de tamaño apropiado, y por >>fin, por fin, está listo para el mercado.

Si se trata de cobre, las cosas siguen así.

¤ Se funde el concentrado de cobre y  se consigue mata de cobre, o sea cobre >>con todavía impurezas de azufre y vestigios de hierro.
¤ Se canaliza la mata hacia un horno reductor donde se le agrega piedra caliza >>y se la somete a chorros de aire y oxígeno para que las  impurezas de hierro >>y azufre desaparezcan por oxidación; así se consigue cobre ampollado, o sea >>un cobre ya con apariencia de metal, pero de superficie negra.
¤ Este cobre ampollado, hay que someterlo a más limpieza; se lo funde otra >>vez, y, esta vez, se lo somete a chorros de amonio para remover los últimos >>vestigios de azufre y cualquier oxígeno que quedare.
¤ Luego, se lo cuela en formas apropiadas para ser utilizadas como ánodos.
¤ Dichos pedazos de cobre en función de ánodos se intercalan con cátodos, >>provistos, cada uno, de una hoja  iniciadora de cobre - tal como se coloca >>hojas de cera  estampada iniciadora en una colmena para facilitarles el >>trabajo de construcción de celdas y panales a las abejas.
¤ Se somete estos ánodos y cátodos a electrólisis, por la cual el cobre >>todavía impuro de los ánodos va siendo depositado, ya como cobre puro, en >>las hojas iniciadoras de los cátodos.
¤ Estos depósitos de cobre puro se los remueve de los cátodos y por fin, por >>fin, el cobre está listo para la venta.

Incidentalmente, después de todo lo anterior, falta todavía aprovechar la plata, el selenio y el oro que estaban asociados con el cobre. Estos metales se extraen del líquido electrolítico después de efectuada la electrólisis del cobre.

Se debe reconocer que hay que desear el cobre o el cinc por lo menos locamente para enredarse en semejante trabajo de laboratorio a escala industrial; si uno se rememora, en un relámpago, toda la hilera de etapas desde las perforaciones subterráneas de la mina hasta estos metales que otros fabricantes tendrán que utilizar para productos aprovechables, a nosotros, nos parece increíble; naturalmente, no es el cinc o el cobre que los dueños de la mina desean tan locamente, es el dinero que estos productos les aportan; conociendo la naturaleza humana, se entiende mejor las cosas.

¡Qué día!  Parece haber sido un sesquidía.