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aun así quedaban exclusivamente al oeste, o sea del lado español, de la demarcación pedida por Portugal mismo, y Portugal, al este, o sea de su lado, de la demarcación que pedía, todavía se quedaba aparentemente sin tierras nuevas en su poder, y sin razonable esperanza de encontrar alguna, ya que las nociones geográficas de aquella época estaban apuntadas hacia los asiáticos Cipango y Catay, más bien más al oeste que al este de los primeros descubrimientos de Colón.

Y como parece bien imposible que los Portugueses hubiesen exigido un nuevo arreglo con Castilla-Aragón, en contra del antecedente de la bula papal, con un nuevo meridiano, de su agrado y aprobación, sin cosechar con ello algún beneficio a la vista, es inevitable empezar a pensar en algún beneficio desconocido de los Españoles pero secretamente conocido por los Portugueses.

Y entonces, uno empieza a rememorarse, que los Portugueses eran los mejores navegantes de la época; que iban descubriendo nuevas maneras de enfrentar los mares, de calcular posiciones, de construir naves transoceánicas, maneras todavía desconocidas por las otras naciones; y que les convenía esconder lo más posible sus descubrimientos tanto técnicos como geográficos - que hasta llegaron a montar falsos fracasos para desanimar a los demás; así que todo es posible, inclusive que conocían Brasil antes de 1500.

Y uno empieza a aunar cabos y pensar si no podría ser que los Portugueses, aguijoneados por los descubrimientos de Colón para Castilla-Aragón, se hubiesen lanzado a buscar febrilmente qué había dónde, y hubiesen descubierto esta costa, fuera de su lado portugués de la demarcación de 100 leguas, y hubiesen entonces exigido la demarcación de 370 leguas para extender su zona hasta incluir esta costa, y por supuesto, tanta putativa tierra detrás de la costa como posible, dentro de su lado de la nueva demarcación, sin que los Castellanos lo supiesen, obteniendo así el Tratado de Tordesillas de 1494 con las 370 leguas.

Y, ya en tren de exhumar cosas raras, uno se acuerda de un tal Duarte Pacheco, uno de los pilotos de la dotación de Cabral, del cual se dice que tenía conocimientos anteriores de tierras transatlánticas, y uno se pregunta si fue ello por fortuita, y sólo a la postre feliz, coincidencia o si era por designio.

Y, ya en tren de exhumar cosas raras, uno se acuerda de mapas anteriores a Cabral mostrando tierras del otro lado - o sea de este lado - del Atlántico, en particular de un mapa por Andrea Bianco de ¡1448!

Lo que abre por lo menos la posibilidad de un descubrimiento de esta costa, hoy del Brasil, por los muy navegantes y emprendedores Portugueses, no solamente, quizás, antes de Cabral sino, posiblemente, ya antes de Colón.

Estas posibilidades de un descubrimiento por los Portugueses de esta costa del >>>>>>>>