¤ Refracción. O sea la relación entre la velocidad de la luz dentro de la gema y la velocidad de la luz en el aire. Cuanto más alto el índice de refracción, tanto mayor la brillantez.

¤ Transparencia.  Por ende, también un factor en la brillantez.

¤ Dispersión. Se entiende que de los componentes de la luz dentro de la gema. Los varios largos de ondas que, por esencia, constituyen la luz que penetra en la gema - ya que están frenados, retardados, en grados varios dentro de la gema, y por ello tienen, cada uno, su índice de refracción diferente - se independizan unos de los otros, y se manifiestan con el destello del color que le corresponde a cada uno.

¤ Doble, hasta triple, refracción. La propiedad de dividir un solo haz de luz en dos, o hasta tres haces, con la importante consecuencia de que, como cada uno de los haces resultantes tiene su propio comportamiento de dispersión de sus largos de ondas, el color resultante puede alcanzar una compleja belleza.

¤ Opalescencia.  Reflección aperlada - opalina, valga la redundancia - desde el interior de la piedra preciosa.

¤ Gatismo. Efecto óptico debajo de la superficie de la piedra, en forma de ojo de gato, compuesto de un fondo sedoso cortado por una línea de brillantez difusa.  Ocurre en las gemas de composición más bien fibrosa y no cristalina.

¤ Asterismo. Efecto óptico, en forma de estrella. Se debe a impurezas pero es muy llamativo.

¤ Color. Curiosamente, cuanto más pura es una piedra preciosa tanto más incolora, o cromáticamente inexistente, es. Todos esos hermosos colores tan admirados son, en realidad, cosas, ya sea tan prosaicas como ... impurezas minerales, o tan intangibles, inasibles y efímeras como las mencionadas refracción y dispersión desiguales, de los varios largos de ondas de la luz blanca - y de sus respectivos colores.

  Naturalmente que, con piedras tan preciosas, se quiera que transciendan el paso del tiempo, que sean un símbolo de eternidad; y naturalmente que, con piedras sometidas a la tortura del tallado, se requiera que la aguanten con entereza; de manera que, por estos dos desiderata, dos virtudes más son necesarias en las piedras. Cohesión y dureza.

¤ Cohesión. O sea resistencia a
  1) hendimiento a lo largo de los planos de debilidades inherentes en la >>>>>>estructura cristalina,
   2) fractura por golpe accidental.

¤ Dureza. O sea resistencia a abrasión. En una escala de dureza desde una máxima de 10 (que es el diamante), cualquier cosa menor de 7 es menos que ideal.