en seguridad en otras ciudades, inclusive en Lima; también es innegable que la red de vigilancia en los varios centros comerciales es extrema, casi como para una visita presidencial. Sin embargo, nosotros nada vimos que sugiera, ni remotamente, preocupación en los muchos barrios que frecuentamos; y la calle donde nos quedamos días enteros - de día, se entiende - trabajando y trabajando, es puramente idílica. Quizás sea el mismo caso que en Bogotá: una fama adversa de otros tiempos, pero una realidad mejor gracias justamente a estrictas medidas antidelictivas.
SP Fuimos a visitar el Instituto Butantan, el famoso centro de serpientes venenosas y de los antídotos correspondientes.
La gran sorpresa que estalla de entrada en la cara del visitante - mejor dicho que estalló en nuestra cara, porque los visitantes habituales no ven lo que vimos nosotros y regresan a sus casas con la confortable satisfacción de haber visto Butantan por haber visto serpientes, y quizás arañas y escorpiones, pero no saben lo que no vieron - la gran sorpresa es que Butantan es infinitamente más que serpientes y aun que arañas y escorpiones, aun con toda la fascinación de sus venenos.
Lo dicho se hace evidente con un solo vistazo a la lista de los sueros y de las vacunas producidos por el Instituto, en cual lista,
ß al lado, de seis sueros para tratar envenenamientos por nueve variedades de serpientes, de un suero para tratar envenenamientos por escorpiones, de un suero para tratar envenenamientos por arañas, y de un suero polivalente para tratar envenenamientos por tres géneros de arañas y por un género de escorpión,
ß se acumulan sueros para tratar difteria, tétano, gangrena gasosa, rabia, botulismo A, botulismo B,
ß y se amontonan vacunas para prevención de tétano, difteria, tos ferina, o tétano-y-difteria-y-tos-ferina al mismo tiempo, tuberculosis, fiebre tifoidea, cólera, viruela, tifo exantemático o sea con erupción, rabia y sarampión,
ß y se anticipa una triple vacuna para prevención de sarampión, papera y rubeola, todo a la vez.
Es incomprensible y ofensivo que tan importante actividad sea tan ignorada del público solamente porque no tiene el exotismo de serpientes, arañas y escorpiones. Ni se puede decir que la fama es así porque los venenos fueron el primer tema del Instituto: ya en 1898, dos años antes de la organización oficial del Instituto, su promotor - de nombre muy oportuno, Vital Brasil - ya preparaba un suero contra la peste bubónica declarada entonces en Santos.