español english français česky

japoneses más allá de la básica invasión de la escena mundial por artistas asiáticos. ¿Y por qué será eso?

Tal vez tuvimos la respuesta a la vista todas las horas de todos los días que pasamos en el laboratorio fotográfico, donde todos son Japoneses. Nos parecía estar en un laboratorio de Tokio. En las calles también, hay muchos Japoneses; parece, sorprendentemente, más Japoneses que Negros. Cuando se cruza Asiáticos uno ya ni se fija.

Por lo menos un locutor de dicha emisora sabe que Smetana nunca escribió una pieza llamada Moldau, y la llama por su correcto nombre de Vltava. No tuvimos la oportunidad de enterarnos de si alguien en la emisora también sabe que Gershwin nunca escribió una Rapsodia en Azul.

Sin embargo, esta emisora no escapa a la habitual barbaridad de "grabaciones en vivo". ¿Será que músicos que graban en estudio, y no en concierto, son muertos? ¿Una grabación por esqueletos? Quizás una danza macabra. Y nos preguntamos por qué no se podría decir "grabación en concierto".

Los programas hablados versan sobre una variedad de temas como ser economía, literatura, etc.

Hay una modalidad de noticiero a nivel nacional literalmente cautivante. Mientras que, en Vespuccia y en Argentina, el noticiero nacional se da, respectivamente, por una cadena de ciertas estaciones culturales y por la cadena de las filiales de Radio Nacional, aquí, el noticiero nacional se da por la totalidad, sin misericordia, de todas las estaciones, tanto en AM como en FM, y hasta por ondas cortas. Una hora, cada tardecita, de noticias nacionales exclusivamente. En otros momentos del día, cada estación puede tener sus boletines propios.

Los boletines propios de esta Radio Cultural ciertamente no se ajustan a ningún patrón estereotipado escuchado hasta ahora. Cada hora, llenan lacónicamente un minuto y medio, exactamente, con dos noticias generales, ya sea nacionales o internacionales, y dos o tres noticias culturales locales.

Esta emisora tiene la costumbre, nunca observada en otras partes, de mencionar, con cada identificación suya, su endereço, su fone, y su caixa postal; también, que existe gracias a una fundación filantrópica.

A través de esta emisora cultural, nos llevamos la impresión de que el nivel cultural brasileño es inesperadamente superior a la imagen que se tiene del Brasil desde el exterior, y superior al nivel de la mayoría de los países latinoamericanos que visitamos hasta ahora. Tal vez, en aquellos otros países también haya un nivel cultural, pero falte un portavoz como esta emisora para hacerlo conocer.