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Por la duda, nos asesoramos ahí mismo sobre qué y cómo habría que desconectar y conectar para pasar a la alta tecnología de la gravedad, y nos aseguramos de que tenemos los materiales necesarios. Ojalá nunca tengamos que recurrir a este expediente.

La filial de la marca de nuestro coche nos hizo una pequeña entrevista para su publicación interna.

SP De a ratos, estamos escuchando la radio bastante; mientras nos ocupábamos de las fotografías, y en otros momentos. La Radio Cultural se entiende. Así cosechamos bastante impresiones.

  Tiene programas musicales y hablados.

Entre los programas musicales, hay no sólo los lacónicos, con únicamente el enunciado de la composición y del intérprete, sino también una riqueza de programas de análisis y comentarios musicales, muchas veces de gran interés.

Tuvimos el deleite de escuchar, a modo de ejemplo, música del tiempo de Cervantes, la perfectamente ignorada Góndola Lúgubre de Lizst, la solapada música minimalista, y música clásica re-escrita en sonidos derivados de las ondas radiomagnéticas emitidas por las estrellas y constelaciones - es muy exótico escuchar una pieza de Vivaldi o de Johan Pachelbel en sonidos captados de tal o cual constelación, si bien nos preguntamos qué hay de malo con la música tal como fue escrita.

Escuchamos la ópera "Guaraní", del compositor brasileño del siglo pasado Antonio Carlos Gómez. Lo único que le falta a dicha ópera para sonar más lindo es que las mismísimas notas hayan sido escritas por algún Italiano en Italia. Pero siendo que fue escrita por un subdesarrollado Sudamericano del siglo pasado, la cofradía operística internacional la ignora. Sin embargo, no es peor que muchas óperas que son parte permanente del repertorio internacional.

Así como aquella radiodifusora en Chile nos servía a Claudio Arrau a todas las salsas, ésta, aquí, nos sirve a Villa-Lobos a todas las salsas.

Ya escuchamos bastante música popular brasileña, por lo menos música popular brasileña presentada por esta emisora cultural, como para empezar a creer que la famosa hirviente música tropical brasileña está en la misma mítica categoría que el sombrero gigante mexicano: un producto estrictamente para turistas. La música popular brasileña que escuchamos por esta emisora es muy suave, pensativa, digna; nada de griterío ni de basura. Claro que estamos en São Paulo.  Veremos en Rio de Janeiro, y en otras partes del Brasil.

Están apareciendo mucho más frecuentemente de lo común elementos japoneses, como ser transcripciones de Bach para instrumentos japoneses; intérpretes >>>>>>>>