estas tierras, conservado en dos manzanas, en medio de la nueva selva, de cemento, que obliteró todo lo demás para siempre - o por lo menos para algunos miles de años.
Pero como, ahora, también es un parque, ya no hace falta machete en la mano, porque hay cómodas sendas llevando a las profundidades de estas dos manzanas.
Como si lo susodescrito no fuera bastante único, las sendas, además, tienen, de vez en cuando, bancos, y hasta sillones, de troncos; pero de una imaginación, una originalidad, explosivas, que hacen de este conjunto de bancos un museo de bancos, en los cuales la gente se puede sentar, y se sienta, libremente como si fueran bancos comunes - que no lo son.
La "selva", con uno de los bancos
Dos experiencias - esta selva, por lo menos su parte vegetal, en plena urbe, estos bancos especiales en plena selva - experiencias de tipo único hasta ahora en esta Expedición por su simplicidad y efectividad. Es el Parque Siqueira Campos.
SP Ciertos billetes de banco brasileños tienen la particularidad, bastante mareante por cierto, de tener su dibujo en cada cara dos veces idénticamente lado a lado, una vez, enderezado hacia arriba, una vez, invertido hacia abajo, de manera que, cuando se observa la versión del dibujo enderezada hacia arriba, hay que luchar contra la intrusión visual de la versión invertida hacia abajo, y cuando, por desesperación, se invierte el billete para ver la segunda versión sin confusión o sea enderezada hacia arriba, es la primera versión que se vuelve invertida y mareante. De manera que, cuando se quiere apreciar el contenido o la alegoría del dibujo, nunca se puede hacer sosegadamente porque la otra parte, la que está invertida, siempre distrae la percepción visual. Quizás sea un análisis psicológico de la capacidad de concentración visual aun en condiciones distrayentes.
SP Uno de los billetes ostenta la cara de una princesa, la princesa Isabel, y así ilustra el curioso caso que independizarse en América de una monarquía europea no significa obligadamente crear una república, como ocurrió con tantas otras colonias: Brasil, al independizarse, se hizo, primero, una monarquía con un emperador, y recién después de 67 años, en 1889, se cambió a república.
SP Otra singularidad del Brasil es que se puede ufanar del único caso de gobernación de un territorio europeo desde una colonia en América - que fue cuando la corte portuguesa se estableció en Rio de Janeiro, en 1808.
SP Tenemos las fotografías reveladas; esta vez, fue sin la lucha de Lima o de Santiago, sólo con los pequeños ajustes inevitables en cualquier trabajo humano.
Aun así, esta innocua anotación de "fotografías reveladas y sin problema" esconde un trabajo realmente faraónico; más faraónico que lo que nuestra anotación en Whitehorse al respecto de este tema podría hacer sospechar. >>>>>>>>