Primero, las malas.
SP Los nombres de las calles están escritos en tamaño de título de capítulo de libro, o sea que son ilegibles, salvo a pocos pasos, o sea que son inservibles para un motorista que quiere anticipar sus movimientos. Božka, que, naturalmente, es la navegante, tuvo que utilizar los prismáticos; pero, con el coche en movimiento, tampoco este estratagema sirve, o sea que, a veces, tuvimos que encapricharnos y entorpecer sin consideraciones el tráfico - pero que se jorobe el tráfico si su dirección de tránsito municipal es tan idiota.
Y a veces, ni ese mesquino cartel existe, nada.
SP El tráfico es denso, lo que empeoraba la situación anterior; pero con frecuentes trechos de largas esperas y cortos adelantos, lo que, al contrario, ayudaba en la identificación.
SP El asfalto es frecuentemente muy malo - y, por colmo, nosotros, con nuestra hoja de elástico rota.
SP Como en Curitiba, hay manos únicas convergentes que, cuando se encuentran, desvían al neófito a lugares a noventa grados de su destino original. ¿Será una especialidad brasileña?
SP En ciertos cruces neurálgicos, hay una permanente y abierta lucha entre las fuerzas del mal y las fuerzas del bien.
=> Las fuerzas del mal, de la universal falta de elegancia y de inteligencia, o simplemente de disciplina (salvo, esta última, en Canadá y Vespuccia) de los conductores que, como animales, se amontonan en cruces de avenidas, aunque, obviamente, tienen el paso tapado, y a su vez taparán el paso del tráfico transversal;
=> y las fuerzas del bien, personificadas por walkirias elegantemente uniformadas, armadas de una temible lanza provista en su punta de un banderín gritando un imperativo "PARE"; lanza que, ante un atasco por ocurrir, que es con agitada frecuencia, las walkirias bajan literalmente en la nariz de uno de los ovinos, perdón, conductores, que no saben usar sus sesos o simplemente obedecer una ley, con la esperanza de poder pararlo - y cuando para éste, habitualmente paran todos, como buenos ovinos que son. Una novedosa y teatral manera de tratar de corregir una vergüenza humana. Otra manera, naturalmente, sería no pagarle sueldos a las walkirias sino cobrarles multas a los animales.
SP En la oficina de turismo, que tan frecuentemente en muchas otras ciudades nos es tan útil para obtener rápido informaciones prácticas, aquí, no saben nada. Ninguna de las calles que les pedimos que nos indicaran en el plano supieron indicar sino después del penoso trabajo de búsqueda como hubiéramos tenido que hacerlo nosotros - en vez de disponer de una guía de calles con coordenadas como corresponde a un servicio oficial y profesional de información.