fisionomía y de comportamiento. Incluso donde, antes, no caía agua, ahora, caía; y donde, antes, caía, ahora había, a veces, un mayor frente de caída, y todo con aun más pujanza; por la cual mayor pujanza, el ángulo mismo de caída era algo diferente, un poco más abierto hacia afuera, alejándose más del farallón que antes.

Estábamos otra vez sumidos en el trabajo, cuando tuvimos recién una interrupción, y vamos a tener otra, más larga. Vino a vernos el productor del equipo de televisión, a preguntarnos si estaríamos dispuestos a ser parte de su programa.  ¿Por qué no?

No hubo programa, no hubo participación en él. Toda la gran organización logística no sirvió de nada. En algún eslabón de las comunicaciones con Buenos Aires ocurrió alguna falla, y no se pudo efectuar la transmisión que tenía que haber sido en vivo. Quizás fue una bendición disfrazada, porque el tiempo se ha vuelto abiertamente tormentoso, lo que a nosotros no nos causa ninguna gracia.

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Esta mañana, un vistazo a las cataratas nos dejó boquiabiertos; en una substancial porción de las cataratas no había agua, había paredes negras; y donde algo de agua había, naturalmente estaba reducida en varias proporciones, según las pequeñas variaciones de formas y alturas respectivas del borde del precipicio. Un cambio total de panorama, y una ilustración de aquello que aprendimos días pasados.

Entre los rugidos del helicóptero y las manipulaciones de las centrales hidroelectrógenas aguas arriba, venir a ver las cataratas del Iguazú se está volviendo, por lo visto, no una expectativa de placer garantido sino un boleto de lotería.

El tiempo sigue muy nublado. Todavía tenemos un poco de trabajo, pero pronto habrá que tomar una determinación.

Esta tarde, se hizo el programa y la entrevista de televisión fallidos ayer.

Con el equipo de televisión

Sigue la nubosidad sin esperanza.

Tenemos terminados todos nuestros trabajos de escritorio atrasados, lo que nos da una sensación inhabitual, distintamente de alivio; incluso queda tiempo para mencionar los baños públicos del centro informativo de este Parque Nacional, baños que no se puede no mencionar porque son un monumento a la idiotez ingenieril.

Están construidos a todo lujo - de cemento, de ladrillos, y azulejos ... pero no hay luz - porque no hay ni luz eléctrica ni ventanas, apenas una estrecha fisura horizontal de unos treinta centímetros entre lo alto de la pared y el >>>>>>>>