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Ya no hay tiempo, hoy, para un largo contacto; pero aprovechemos la media hora de luz que queda para desvelar qué nos espera mañana.

Ya está, pero no sin, antes, pasar por una cancha de balompié para interrumpir el partido.

Resulta que nos había parecido una idea bastante ordinaria pasar, primero, a las 17, por una oficina que cierra a las 18, para proveernos de información o de lo que hubiere. Pero la oficina estaba cerrada; sellada; nos enteramos de que los empleados estaban allí afuera, jugando al balompié, mientras estaban cobrando sus sueldos. Allá fuimos; la pelota se quedó prácticamente en el aire, les dijimos sus cuatro verdades sin medir palabras, incluso lo del sueldo; a lo que escuchamos lo que ya escuchamos en el Departamento de Policía de Buenos Aires - que, por el sueldo que cobraban, nos lo regalaban.

La situación no era sin beneficio para nosotros mismos, sin embargo, porque, seguramente, entre los jugadores había también el encargado de cobrar la entrada al Parque Nacional, quien, así, no se encontraba en su puesto de trabajo cuando pasamos, por lo que pudimos entrar ahorrándonos el importe.

Pero una chispita de decencia les quedaba, porque el grupo se dignó delegar uno de los suyos para ir a la oficina y atendernos.

Con todo, alcanzamos a encontrarnos un rato frente al magnífico esplendor de parte de todo lo que nos espera mañana.  Magnífico esplendor, realmente.

También, vimos un par de tucanes en vuelo, esos pájaros que, hasta entonces, habíamos visto sólo estacionarios en captividad, sobrecargados de sus picos imposibles, voluminosos hasta ser grotescos, y alcanzando el tercio del largo total del pájaro, como por una falla de armado el día de la creación, imposibilitando que jamás levanten vuelo. Así que más sorprendidos fuimos verlos navegar por el aire con la estabilidad, eficiencia y elegancia de una pequeña aeronave con buena parte del fuselaje adelante de las alas.

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Está corriendo el segundo día completo cerca de las cataratas.

Ayer, nos pasamos horas aprendiendo cosas, maravillándonos, y tomando fotografías dentro de limitaciones impuestas por cierta nubosidad matinal y por ángulos de iluminación solar.

Pensábamos terminar hoy de tomar las fotografías de iluminación matutina de esta parte de las cataratas, y mudarnos a otro sitio, apenas visible en la lejanía, salvo por las oleadas de vaporización que se elevan, de alguna parte >>>>>>>>