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pasivamente desde la primera vuelta de rueda que recorrimos en Encarnación, a saber la supertierna edad de todos los militares a la vista.

Recién hablamos del asunto con los muchachitos en uniformes, y con un fusil casi tan grande como ellos mismos, y nos enteramos de que acá, en el Paraguay, llaman al servicio militar a los 17 años, y los muchachos se pueden ofrecer de voluntarios desde los 15 años. Viendo las caritas que vemos, ahora entendemos y se nos impone la relación con el heroísmo, de toda la población, de los adolescentes y de los niños mismos, durante la defensa del Paraguay contra la triple alianza de Brasil, Argentina y Uruguay.

Ya pasamos, en sentido inverso, del Chaco árido y secretivo de matorrales espinosos al Chaco más abierto y acogedor de vegetación acuática y esbeltas palmeras.

Al mismo tiempo, cambió, por su mayor cantidad y variedad, la avifauna. Otra vez, siniestros conciliábulos de buitres negros alrededor de un cadáver; distinguidas reuniones de garzas elegantemente blancas; otras garzas, formadas en comitivas, acompañando solícitamente cada paso de los vacunos pastando; varios tipos y tamaños de pájaros de rapiña solitarios; pajaritos, todos negros, erizando con orgullo sus copetes rojo violento; bandadas de cotorras de verde agresivo, desgastando sus energías en una manera de volar aparentemente ineficiente y en sus vociferaciones incorregibles.

Y también cambió la flora, especialmente con unas muy elegantes flores, ornamentando una alfombra de vegetación acuática con su color marrón rojizo - ah pero no, vergüenza de vergüenzas, las flores levantaron vuelo, también son pájaros; qué barbaridad, pájaros que, en no-vuelo, tienen cabeza y cuello negros y cuerpo marrón, pero que, en sus voleteos, se transforman en efímeras llamitas de blancura radiante.

Claro que la memoria de tiempos idos habla de fauna como carpinchos, caimanes, jabalíes en manadas de a cien, jaguares, pumas, tapires, ocelotes, zorros colorados, y venados; pero, hoy en día, donde rugían los jaguares rugen los tractores. Los únicos beneficiados son los venados porque, por una parte, ya no tienen sus enemigos de cuatro patas, si bien tienen de sobra sus enemigos de dos patas, y, por otra parte, se benefician de una nueva abundancia de alimentación por los pastajes de los vacunos.

Sin embargo, serpientes todavía hay, y muchas; incluso en la carretera misma nosotros vimos una inquietantemente larga y gorda.

Llegamos, con el anochecer, según teníamos planeado, a nuestro dormitorio de la laguna de los fósiles en formación.

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