La carretera, bastante angosta, sin un centímetro de más que lo necesario, pero con buena señalización y de andar agradable.
Acabamos de recorrer las ruinas un poco a la apurada, con la última luz del día. Pasaremos la noche aquí no más, y mañana les dedicaremos más atención.
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Esta mañana, con los primeros rayos tangenciales, les dedicamos más atención.
Son estas ruinas de Trinidad unas de las más grandes ruinas de misión de la Compañía de Jesús, y uno de los más importantes sitios arqueológicos del Paraguay. Sobre sus 17 hectáreas, se encuentran desparramados restos de lo siguiente: de una iglesia mayor, de una iglesia menor, de una capilla, de viviendas de paraborígenes en hileras; todo construido con gruesos muros a prueba de la intemperie, del tiempo y de las balas.
Ruinas de Trinidad
La iglesia mayor, por lo que se ve de sus restos, lejos de ser una iglesia de campaña, era una iglesia con todo el derroche de detalles y de elaboración de una catedral en una gran ciudad, solamente que aquí, en el medio de la selva de hace 250 años atrás. Por dónde se mire, los restos están repletos de tallados, de nichos para estatuas, incluso de estatuas, si bien todas, ahora, por lo menos decapitadas, y, a veces, con otros destrozos.
Entre los frisos, uno ilustra una orquesta de cámara - da chiesa, sería realmente más apropiado para el caso - de ángeles músicos tocando un órgano positivo, arpas, el laúd, un clave.
Nuestro privilegio, como observadores de ruinas partidas, en contraste con aquellos que veían estos monumentos enteros, es que, a la luz solar, podemos apreciar todos estos detalles de una manera como nunca ellos pudieron verlos en la tenebrosa inmensidad de la iglesia cerrada y sellada.
Mirando esos angelitos - soplando, tañendo, tecleando - con sus instrumentos europeos, se le ocurre a uno qué medios realmente había para ejecutar música en este templo - grandioso, sí, pero en el medio de la nada sudamericana de entonces. ¿Es este friso el reflejo de la realidad, o el reflejo de los sueños, de este lugar en aquellos tiempos?
La contestación nos vino por una estupenda coincidencia.
Dentro de escasos días, se ejecutará, entre estas paredes destripadas, por primera vez en siglos, o sea por primera vez desde la expulsión de los Jesuitas, una misa - descubierta hace sólo meses en los archivos de Bolivia, de Sucre para mayor exactitud - misa realidad contemporánea del friso; la >>>>>>>>