otra vez hay que mirar al bicho bien en los ojos. Si no tiene párpados, es serpiente; si tiene párpados, es un lagarto ápodo. Para doble control, las serpientes no tienen oído aparente, los lagartos ápodos, sí, lo tienen.
Y así dejamos nuestro herpetólogo con su problemita de hacer revivir unas corales que él había dejado, quizás demasiado tiempo, en el congelador, para endormecerlas antes de atreverse a manejarlas para ponerlas en bolsitas para mandarlas al Instituto Butantán de serpientes de São Paulo. Una coral ya había revivido en su bolsita, pero la otra todavía estaba dura, con el consiguiente dolor de cabeza - no para la serpiente sino para el herpetólogo.
Y ahora, a ver nuestro dolor de cabeza. La soldadura. Una soldadura es nada; pero una soldadura a medio-palmo del tanque de nafta, es otro cantar.
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Hoy, ya de tarde, después de unas últimas compras de pulpería - porque mañana es el Día de la Independencia en el Paraguay, y por lo tanto todo estará cerrado - estamos en el muelle, esperando el cruce de la balsa.
¿Cómo será la aduana del Paraguay, un país con la tradición de haber permanecido tanto tiempo sellado del mundo exterior? ¿Cómo será el Paraguay, un país que, a juzgar por lo poco que sintonizamos de su radio, parece muy nacionalista y guiado no por oportunismos del momento sino por principios filosóficos?
Mientras esperamos, estamos viendo cómo era la época de los barcos de ruedas laterales de paletas. Varias veces ya cruzó uno de ellos el Paraná, llevando vagones de tren de carga, de una orilla a la otra.
Otro espectáculo un poco fuera de lo ordinario - esta vez, no en época como el barco de ruedas de paletas, sino en etnografía: en otro coche, esperando también la balsa, una familia de Asiáticos, probablemente Chinos, se dedica muy criollamente a chupar su mate, pasando la bombilla ceremonialmente de boca en boca.
Es que así debe ser; así es la esencia, la razón de ser, del matear. Chupar mate en grupo no es como tomar té en grupo, o café en grupo. Chupar mate en grupo no es estar en grupo, tomar la misma bebida, pero cada uno segregado en su tacita. Chupar mate en grupo es un ceremonial, un ritual, de amistad, intimidad, comunión.
Se entiende más hondamente la esencia del matear sabiendo que es una costumbre sobreviviendo de los tiempos y de las usanzas de los paraborígenes de esta zona de América del Sur; cuando los paraborígenes ahuecaban una fruta tipo >>>>>>>>