tipo alegórico que ya supone una artificialidad, mientras que éstos se atreven a ilustrar sencillas escenas de la vida como es, o mejor dicho como era; constando, cada grupo, de seis a nueve estatuas, según se quiera hacer la cuenta, cada estatua, digna de tener su sitio individual; un derroche de estatuaria. Lo curioso es que los dos grupos, cada uno en su parque, son dos variaciones sobre el mismo tema. 

   ║ Uno, representa una carreta embarrada hasta su eje trasero, que bueyes en varias yuntas se esfuerzan en sacar del barro bajo el acicate de un gaucho a caballo.

   ║ El otro, representa una diligencia embarrada hasta su eje trasero, tirada por caballos en varias yuntas bajo el acicate de un gaucho a caballo.

Ambos grupos, muy complejos, de intereses renovados desde todos los ángulos, y por lo tanto, prácticamente imposibles de ilustrar cabalmente en fotografía.

…Ш… En uno de los tantos espacios libres, hay un obelisco que es tan diferente del obelisco de Buenos Aires como posible; el de Buenos Aires es tan grueso de base que tuvieron que estirarlo mucho en altura para que tuviera la forma de obelisco; éste es tan flaco que, a pesar de su reducida altura, es puntiagudo a punto de ser amenazante.  Necesita su sócalo para que se vea.

…Ш… En conjunto, Montevideo es una ciudad bastante agradable. Lástima que muchas de sus calles no tienen indicación de nombre o la tengan muy ilegible.

…Ш… En Montevideo, en seguida se nota la presencia, muy pequeña en porcentaje pero evidente en la vida diaria, de la raza negra en todos sus grados, desde puro hasta aleación apenas perceptible. Lo que no vimos en Buenos Aires, lo vemos aquí. Y eso que Montevideo fue fundado mucho más tarde que Buenos Aires, en 1726. ¿Tendrá alguna relación con esta situación el hecho de que la abolición de la esclavitud en Uruguay ocurrió recién en 1850, cuarenta años después de la abolición en Argentina?

…Ш… Naturalmente, todo lo geológico e histórico referente al estuario de la Plata en Buenos Aires, también vale en Montevideo.

…Ш… Además, la capital uruguaya ofrece dos viñetas propias.

   Por una parte, tiene un contacto mucho más inmediato con el estuario de la Plata que Buenos Aires. Aquí, se puede ir a las ramblas de la costanera directamente desde muchas calles, sin tener que pasar por un laberinto purgatorio como en Buenos Aires; inclusive, por la topografía más ondulada de Montevideo, se puede divisar, a veces, las aguas desde otras partes que de la costanera, como nosotros mismos las vemos cada día desde nuestro centro comercial. Además, el litoral es, en cierta medida, todavía playa de verdad; con arena; con, a veces, unos árboles raquíticos tratando de crecer en el >>>>>>>>