todo un lujo en comparación con los campos de esparcimiento de concentración de Vespuccia.
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Hoy, decidimos que, después de las corridas de Buenos Aires y Nueva York y Buenos Aires, y del susto negro de ayer en la frontera argentina, bien podemos darnos el lujo de un día de semi-descanso, lo que, para nosotros, será toda una gloria. Vamos a pasar el día en el sosiego de este parque, haciendo cosas - como no podría ser de otra manera - pero sin obligación de terminarlas.
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Esta mañana, viajando hacia Montevideo.
La topografía, apenas ondulada, pero lo suficientemente como para limitar bastante el alcance visual, creando, quizás por contraste con las llanuras argentinas, algo de ahogamiento.
El camino, nominalmente, a veces de asfalto, a veces de cemento; pero siempre muy deficiente, obligando a velocidades de no más de 60 kilómetros, a veces tan sólo 30 kilómetros, por hora, haciendo este viaje más bien cansador, con la agravante de falta de interés. Felizmente, por ahora, hay muy poco tráfico, de manera que, a la usanza de ciertos caminos de tierra o ripio en el pasado, no hay derecha o izquierda para manejar, sino por dónde se espera recibir menos sacudidas.
La poquedad de tráfico se entiende por el precio de la nafta, 75/oo más cara que en la Argentina; y la más cara que encontramos hasta ahora en esta Expedición. Es la misma razón por qué, en Mercedes, vimos mucho más motocicletas pequeñas, casi bicicletas motorizadas, que coches.
Estamos recorriendo una hacendosa campiña alternando cultivos y pastajes, punteada de pequeños bosquecillos, mayormente de eucaliptos. Sin embargo, las palmeras parecen haberse vuelto parte endémica de la vegetación, por lo que parece que las palmeras de los parques de Buenos Aires deben de marcar el límite sur, más o menos artificial, de la especie.
Los escolares, así como en la Argentina, llevan guardapolvo blanco, pero aquí, con un gran moño azul marino.
A unos 50 kilómetros de Montevideo, nos paramos a descansar un ratito en uno de los bosquecillos de eucaliptos preparados, incluso con fogones, para los viajeros.