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sin consideración, por lemas políticos. Otra vez, partidos y candidatos a despreciar, desdeñar, y no elegir para la función de curador del bien público.

> El tráfico de Buenos Aires se merece otros comentarios, a más de los ya vertidos.

→→ Hay un porcentaje, no muy elevado, pero con bastante impacto, de manejo agresivo y prepotente, a diferencia del tráfico de Bogotá que era solamente de oportunismo indisciplinado.

   Una vez, nos estábamos moviendo por una calle de sentido único, cuando apareció con todo ímpetu un coche a contramano. Al cruzarnos raspando, Karel le advirtió "contramano", siguiendo nosotros, naturalmente, nuestro curso. El tipo nos invectivó, frenó brutalmente, dio media vuelta en la misma calle y empezó a perseguirnos. Como semejante situación no nos gustaba, nos detuvimos frente a un negocio para tener testigos, por cualquier cosa. El tipo clavó sus frenos justo detrás de nosotros y se vino a la ventanilla nuestra para seguir con sus invectivas, agregando groserías a indisciplina.

   Lo que nos hace acordar que leímos en el diario que, en una calle muy céntrica, mientras los peatones cruzaban con su luz verde, un coche, con patente ilegible y cuatro hombres a bordo, siguió en contra de su roja, desbandando a los peatones. Cuando uno de los peatones increpó al conductor, dos de los cuatro ocupantes del vehículo salieron y agredieron al peatón a puntapiés y rodillazos, y quisieron introducirlo por fuerza en el vehículo. Los demás peatones salieron en defensa del peatón agredido. Como defensa contra el alboroto, los cuatro energúmenos, violentos, desacatadores de la ley, irrespetuosos de la integridad física de la gente, en coche con patente ilegible, dijeron que eran policías y se fueron. Tenemos el recorte de donde sacamos estos datos.

→→ La autopista que viene del aeropuerto sigue hasta el centro mismo de la ciudad. En la parte urbana de la autopista, si se viaja en dirección al centro, se puede salir a las calles en varios lugares, pero, en esa misma dirección, no se puede entrar a la autopista en ningún sitio interno de la ciudad, sólo en su límite; y viajando en la dirección desde el centro, se puede entrar a la autopista dentro de la ciudad, pero no se puede salir de la autopista en ningún sitio, solamente llegando al límite de la ciudad. Así que, para movilización interna dentro de la ciudad, la autopista no sirve para nada. Claro, el puesto de peaje se encuentra a la entrada y a la salida de la ciudad.  ¡Qué inteligencia, qué eficiencia, qué estupidez!

> Cuando vamos al centro de Buenos Aires, seguimos estacionando en la agradable plazoleta entre el Teatro Colón y los Tribunales, a pesar de los carteles prohibiendo estacionar - en confortable y reconfortante intimidad con todos los demás coches allí estacionados.