║║ Estamos aquí en pleno invierno, según nos lo recuerda el frío oscilando entre 2 grados por encima y 10 grados por debajo de cero, con vientos a veces bastante cortantes. La madrugada cuando llegamos, vimos desde el avión todos los alrededores cubiertos de nieve, salvo acá, en la ciudad misma. Aquí, en Manhattan, cuando cae nieve, en seguidita le echan sal para derretirla.
║║ El tren metropolitano de Nueva York, que no se puede llamar subterráneo, por los largos trechos que tiene sobre viaductos, en inglés se llama, alegremente, subway - subterráneo. Es eficiente, infernal, cada vez más complicado a medida que se aleja del centro, con tendencia a suciedad y a criminalidad.
• Tiene trenes expresos y locales, vale decir que tiene cuatro vías en cada línea, dos vías, ida y vuelta, locales, dos vías, ida y vuelta, expresas. Los trenes son larguísimos, de 10 coches largos; lo que se refleja en el largo de los andenes, unos 140 metros.
• Por lo menos en algunas líneas, el ruido es infernal, a punto de que algunas personas, todavía no del todo embrutecidas, se tapan los oídos; y hay que imaginárselo cuando se conyugan varios trenes a la vez en la misma estación - quizás un local llegando, un local arrancando, y un expreso rugiendo. Cuando llega a pasar un cuarto tren al mismo tiempo, éste ya ni se oye.
• Las complicaciones para el público surgen en las líneas, donde los trenes no corren siempre; donde omiten ciertas estaciones a ciertas horas; donde, en ciertas horas, corren sólo en una dirección, y en otras horas, sólo en la dirección inversa; donde los trenes paran en ciertas estaciones sólo de noche, pero no de día; donde son expresos en parte del trayecto pero locales en la otra parte, o viceversa. De manera que viajar en ciertas partes de la red es sólo para entendidos, después de un estudio previo.
Además, aun en los sectores más normalizados, en el mismo andén paran en sucesión trenes de dos o tres líneas, con dos o tres destinaciones diferentes, por cuanto siempre hay que estar alerta para no enredarse con un tren equivocado; muy alerta, porque los trenes llegan, y recorren la primera parte del andén, todavía a alta velocidad, y recién luego frenan.
• En cuanto a suciedad, hemos visto algunas estaciones con charcos de agua, papeles, y hasta ratas, entre los rieles.
• Asaltos en esta red ferroviaria metropolitana, nosotros no vimos, pero deben de ser parte de la realidad cotidiana. Los puestos de venta de cospeles están blindados por vidrios a prueba de balas. Los trenes están patrullados por policías. Se aconseja esperar los trenes nocturnos no en cualquier parte del andén, sino en una zona especialmente delimitada cerca de las cajas de >>>>>>>>