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más angosta y local: en Nueva York, todas las vías de comunicación, sean ellas anchas o angostas, corriendo norte-sur, son avenidas; y todas las vías de comunicación, sean ellas anchas o angostas, corriendo este-oeste, son calles.

Hablando del doloroso, desdeñable, despreciable, inconceptualismo vespucciano, tenemos que volver a la "sale-bration" que comentábamos hace un rato; más particularmente, a la parte "sale".

Gente que sabe inglés nos podría objetar que nuestra imitación castellana como liquida-bración está equivocada, que cualquiera que sabe inglés sabe que sale significa venta, y que nuestra imitación tendría que ser "venta-bración". Pero esto no toma en cuenta las espesas nebulosidades conceptuales que giran en la mente vespucciana.

Cuando un comerciante vespucciano ofrece mercadería sin cartel a la vista, la ofrece en venta, o sea, en inglés, en "sale"; pero cuando un comerciante vespucciano ofrece mercadería con un conspicuo cartel gritando "sale", ya no se trata de venta sino de lo que en castellano se llama una liquidación. De manera que, cuando uno escucha la palabra sale, sin cartel sale a la vista, sale significa venta, a precio normal; pero cuando uno escucha la palabra sale, con cartel sale a la vista, sale significa liquidación a precio reducido - o supuestamente reducido.

Ojo. Ultimo detalle. Pero cuando, en un cartel, aparece la palabra "sale" no sola sino precedida de la palabra "for", "for sale", entonces sale en el cartel no significa liquidación sino ... venta; y si, en vez de la palabra for, figura la cifra 4, "4 sale", sale en el cartel también significa venta y no liquidación.

También, si la palabra "sale" en el cartel está precedida de la palabra "on", "on sale", entonces es como si el "sale" estuviera solo, sin el "on", y significa liquidación.

Vertiginoso. Así que sale-bration en verdad es liquida-bración y no venta-bración.

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Hoy, domingo. Después de una semana de intensas corridas, algunas observaciones incidentales.

║║ A veces, nos parece no haber dejado Buenos Aires. Por ejemplo, cuando vemos nombres de negocios como Willy's, o Barney's, que nos hacen pensar en los Amigo's, o Rulo's y Pelo's, de los idiotas de allá. O, por ejemplo, cuando nos asalta la música bum, bum, bum.