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ríos, son, más exacta- y elegantemente, centrales eléctricas fluviomotrices; o centrales fluvio-eléctricas. Y, así, todas - éstas, maremotrices, y aquéllas, fluviomotrices, son hidroeléctricas. Otra falla por parte de aquellos con el privilegio pero también la responsabilidad de guiar las masas, cuando hablan de hidroeléctrico como sinónimo implícito de fluvio-eléctrico, sin otra ramificación, negando así a las masas, lo que nos incluye, una perspectiva más compleja, más refinada.

Otro detalle de las mareas alrededor de esta península Valdés es que la caleta, que observamos tantas horas en sus metamorfosis de ida y vuelta por las mareas, alta y baja, no se llena sólo por su estrecha boca, lo que ocasionaría una fuerte correntada, sino también por filtración directa del agua por entre la grava de la lengua que separa la caleta del océano, lo que favorece la calma.

Y ahora, otra vez hacia Puerto Madryn, para nuevamente reaprovisionar la pulpería antes de poner proa hacia el norte, porque, en los próximos 250 kilómetros hacia el norte, no habrá pueblos donde aprovisionarse decentemente. Ya es bastante difícil en la ciudad de Madryn, por lo menos cuando no se quiere comer y beber las no-comidas y no-bebidas de todo el mundo.

Alejándonos así del mundo penínsular, estamos pensando en otro ingrediente de la variedad calidoscópica que dejamos atrás; y es que, en invierno, cuando los pingüinos y los hipopélagos y los leones marinos ya no están, por haber migrado a sus moradas invernales, aparecen en las mismas aguas todas las ballenas que creen en la procreación para la continuidad de su especie. Lo que nos hace pensar en las maternidades de ballenas en Baja California.

Ah, y para quienes gustan de historia, la península Valdés también tiene su interés específico; y no un interés parroquial, sino ilustrativo de una situación ocurrida tantas veces en tantos lugares de América.

En sus primeros contactos con los Europeos, los nativos, en todo lugar y en todo tiempo, mostraron deferencia y hospitalidad, empezando con el propio Cristóbal Colón, quien escribió "los indios son mejores cristianos que los cristianos, por más que no lo sepan". Fue recién cuando los Europeos empezaron con sus desmanes, que los indígenas, naturalmente, reaccionaron en defensa propia. En la península Valdés, cuando los Españoles establecieron un fortín a orilla del golfo San José, los paraborígenes lo atacaron varias veces, hasta que, finalmente, lograron arrasarlo.

ºOº  Muy interesante, esa península Valdés.

Con el tremendo tiempo perdido, corriendo de negocio en negocio, tratando de conseguir algo realmente potable y comestible, sólo queda ir a pasar la noche fuera de la ciudad, donde ya dormimos antes de ir a la península. Mañana será, pues, hacia el norte.