en muy lógica coincidencia, de la misma manera que, según aprendimos en la isla de Chiloé, se puede sembrar moluscos, a saber fijando de alguna manera las semillas sobre soportes como sogas u otros, y colgando luego éstos en el mar. Así es que, en las Filipinas, para cultivar algas, simplemente impregnan sogas con esporas de algas y las sumergen kilómetro tras kilómetro en el mar. Una técnica no factible aquí, en la Argentina, porque, aquí, el mar es demasiado turbulento.
≈♦≈ Ahora, ¿qué vimos en la fábrica? - ¿cómo se pasa del alga grasilaria, llena de todas sus bondades nutritivas naturales, al agar-agar, perfectamente neutro, inerte y muerto, que hace las delicias de millones de gastrónomos, aun caseros?
@ Se empieza, sometiendo el alga a varios tratamientos químicos y térmicos para sacar de las fibras del alga la agaropectina, que es un desecho, pero guardando la agarosa, que es la materia prima que se necesita. Estos tratamientos previos no son siempre idénticos porque no siempre se quiere una separación igual de la agaropectina de la agarosa, según las características que tendrá que tener el agar-agar final. La fibra del alga queda, sin embargo, íntegra.
@ Luego, se blanquea el alga con cloro.
@ Luego, se quiebra la estructura fibrosa del alga por medios térmicos y/o químicos, para dar salida fácil, posteriormente, a la agarosa.
@ Luego, se extrae la agarosa por cocción. Entre 2 horas 30 y 3 horas, como si fuera un caldo de verdura. Así se obtiene la solución madre de agar-agar, con muchas impurezas.
@ Por lo tanto, el paso siguiente es filtrar las impurezas, pasando la solución por filtros de telas a una ambitura de 97/98 grados - y no menos, si no, se espesaría el líquido, dificultando su filtrado. Incluso, se le agrega ciertos productos para facilitar el filtrado. Así se obtiene un líquido que es limpio, pero todo agua, con sólo 0,8/oo de agar-agar.
@ Por lo tanto, luego sí, hay que gelificar el producto para hacerlo manejable en los pasos subsiguientes. Se consigue su gelificación vertiéndolo sobre una cinta transportadora sin fin de acero sobre una base de agua fría, de manera que, en la otra punta de la cinta, ya se obtiene una placa sin fin de gelatina de consistencia manejable que se corta en pequeños trocitos.
@ Luego, viene el paciente proceso de deshidratación, en varias etapas; porque si se quiere deshidratar a fuerza de calor bruto, el producto volvería a liquefiarse, y si se quiere deshidratar a fuerza de presión bruta, el producto, no siendo todavía suficien temente consistente, se volvería papilla otra vez. De manera que hay que tener la paciencia de hacer como sigue.