históricos de estas tierras. Por esta razón, esta gran parte del norte de Québec, incluyendo la costa de la bahía de Hudson, que es adonde queremos llegar, es tierra prohibida al común de los mortales. Unicamente los empleados oficiales y los paraborígenes - o aquellos que reciben una invitación especial de las autoridades o de un cacique - tienen acceso a, y pueden circular por, esta zona.
Durante nuestros preparativos, habíamos tratado de conseguir tal invitación de las más altas autoridades, pero éstas nos habían informado que, para nuestro propósito, tendríamos que obtener una invitación directamente de un cacique. Así que este cacique y su buena voluntad son nuestra única esperanza para poder llegar a la bahía de Hudson.
Estamos ahora acomodados, ya para pasar la noche, frente al edificio del Gran Consejo de los Ininivuks en Val d'Or.
Nos encontramos con una decepción hoy, pero tenemos una esperanza para mañana. La decepción es que el gran cacique está en su pueblo de la bahía de Hudson y no volverá aquí hasta la semana que viene. La esperanza es que, por suerte, conseguimos el nombre y la dirección de su asistente. Este, normalmente, tiene su oficina en Ottawa, pero, por suerte, debido a las fiestas de fin de año, se encuentra ahora en ésta. Lo fuimos a ver, le explicamos el caso; él se mostró muy cooperativo, nos dijo que hoy ya era demasiado tarde pero que mañana por la mañana iba él mismo a hablar por teléfono al gran cacique a ver si éste nos podría dar el permiso. Vamos a ver.
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Son las diez de la mañana y tenemos buenas noticias. Obtuvimos el permiso; y vamos a viajar adonde la gente común no puede ir, a la bahía de Hudson.
Ya más al norte, el pueblo de Amos y su sorpresa.
Ya desde las afueras del pueblo, tuvimos que agudizar la vista porque parecía que había algo raro. Teníamos la impresión de un transplante de Estambul escondido en este mar de bosques canadienses bajo nieve. Naturalmente, nos desviamos para ir a investigar; y descubrimos un cavernoso y solitario domo, sirviendo perfectamente bien de iglesia sin nave; concepto que uno nunca esperaría encontrar en estas partes. ¿Cómo será la acústica?
Hacia el norte, hacia la frontera con la tierra prohibida.
Lamentablemente, tiempo, nublado.
Paisaje - en su mayoría, bosques de coníferos sin fin - alfombrado y cortinado de nieve.