Zelandia, luego por las islas de Polinesia, hasta llegar a Santiago de Chile. Todo, con sólo un bolsón de mano por todo equipaje.

En cuanto a recibir, luego, siguiendo camino, tropezamos con la ex mayor explotación de ovejas de la Tierra, con unas 80.000 hectáreas, ahora expropiada, una cooperativa con 44 socios. Allí, en su almacén, un lindo pequeño almacén de ramos generales en el medio de estas estepas, compramos pulpería.

Hablando, hablando, el almacenero y su esposa nos regalaron algo que nos pareció ser algún tipo de zapallitos, pero que, acto seguido, descubrimos con asombro que eran dos huevos de avestruz - que bien se podría llamar de elefante si los elefantes pusieran huevos. Y con ello, nos dieron una gran felicidad.

Ñandú y gallina, huevos, naturalmente

Así que dimos y nos dieron. Dimos sin esperar nada en retorno, sin tener la obligación. Nos dieron sin esperar nada en retorno y sin obligación. No fue un intercambio de regalos entre gente que tiene la obligación de dar regalos y que ciertamente espera algo en retorno; fue un simple flujo de buena disposición no porque es la fatídica fecha del 31 de diciembre sino porque lindo sería si todo el mundo siempre fuese así.

Ñandú

De paso, aprendimos que los ñandúes tienen una organización comunitaria matriarcal, o sea que las ñandúes ponen sus huevos no en nidos individuales sino en un nido grande comunitario que llega así a tener alrededor de veinte huevos - y con estos dos huevos en las manos, nos podemos imaginar ¡qué nido debe de ser! Y luego, las ñandúes se despreocupan y dejan a papá ñandú el trabajo de incubar los huevos. ¡Casi nuestra idea de jardín de infantes ñandú!

No sabemos cuál será nuestro próximo paso, si cruzar directamente la frontera o si, primero, hacer un desvío hasta la punta Dungeness, en la orilla norte de la entrada al Estrecho.  Veremos.

De todos modos, cruzar la frontera después de vencido el registro de manejar es ahora un riesgo ya inevitable. Menos mal que el chofer tiene el registro internacional.

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Hoy, encontramos la manera de no tener que tomar una decisión. Vamos a pasar este primero de enero aquí no más, y seguramente muy atareados. Mañana, veremos.

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