Eventualmente, de vuelta en Río Grande, nos pasamos todo el día tratando de encontrar amortiguadores adecuados para reemplazar los nuestros. No los conseguimos. Tuvimos que conformarnos con lo que había, regulares no más, no del tamaño adecuado, y tan caros aquí, a pesar de ser de industria nacional, como en Chile los importados de Vespuccia.
Así son algunas de las delicias de este "lindo viaje"; y si bien ya es casi la misma hora que cuando paramos aquí ayer, hoy, tenemos que seguir viaje ahora mismo porque tenemos que cruzar estas fronteras antes del primero de enero.
Claro que siempre tenemos el recurso, después de que se haya vencido el registro de manejar básico, de esgrimir el par de registros de manejar internacionales que tienen una fecha posterior, si bien, en teoría, caducan en el mismo momento que el registro básico; quizás tendremos que volvernos aventureros y tratar de hacer pasar documentos por lo que parecen ser y no por lo que son.
Frontera. La primera de las dos.
Salida de Argentina, sin problema.
Ingreso a Chile; por última vez, después de tantas veces, y como siempre, a pesar de la advertencia de aquellos aduaneros como para amargarnos la vida, sin problema; y, muy irónicamente, otra vez, con noventa días de estadía otorgada, si así lo deseáremos.
A los pocos kilómetros de pasada la frontera, nos encontramos un lindo lugar - lindo, se entiende, dentro de lo estepario, pelado, pero por lo menos tranquilo - con un gran horizonte y con un viento que es sólo una brisa civilizada, para pasar la noche.
Ah sí, durante nuestras vueltas por Río Grande, nos detectó un periodista local; pero teníamos otras cosas en la cabeza que dar entrevistas, si bien nos dolió no poder darle la oportunidad a un periodista de un pueblo chico.
. .
*
▪
Estamos viajando hacia nuestro segundo cruce del estrecho de Magallanes. El camino es pésimo, lleno de canto rodado y de pozos. Es el peor camino que vimos en todo Chile, peor, de lejos, que el que nos trajo de Bolivia.
Mirando y pensando un poco, se sugiere una explicación: este camino chileno es prácticamente para uso de Argentinos entre los territorios continental e insular de Argentina; tal vez los Chilenos pensaron, para qué irían a romperse el lomo para un tráfico en gran parte argentino, tanto más que los Argentinos, >>>>>>>>