capitaneadas, respectivamente, por un Gonzalo Coelho y un Cristóbal Jacques, que llegaron muy posiblemente hasta la latitud del Estrecho, y que fueron financiadas por un Cristóbal de Haro - el mismo que, curiosamente, tuvo luego una gran participación en el subsiguiente viaje de Magallanes.
Por otra parte, ¿cómo se explica que, ya en 1515, o sea cuatro años antes de la salida de Magallanes, había en Alemania un misterioso globo terráqueo indicando la terminación de Sudamérica en punta y con un estrecho de unión entre el Oceanus Occidentalis y el Oceanus Orientalis, hecho por el profesor de matemática Johann Schoener de Nürnberg; y más aún, que, ya en 1507, o sea doce años antes de la salida de Magallanes, había, también en Alemania, un mapa no menos misterioso ... con el contorno completo de Sud-América, publicado por Martin Waldseemueller?
De todos modos, Magallanes, en la realidad de los hechos, ni "descubrió" ni "encontró" el Estrecho, sino que dos de sus barcos fueron barridos, muy a pesar de los esfuerzos y de la desesperación de sus tripulantes, por una tormenta tal que se encontraron sin quererlo, y sin saberlo, dentro de lo que ellos no sabían en el momento que era el Estrecho.
Y luego, le tardó a Magallanes más de un mes - treinta y ocho días para mayor exactitud - de búsqueda para desenredarse de la maraña de islas, fiordos, penínsulas, senos y canales, y desembocar final- y felizmente en el Mar del Sur, que él encontró pacífico, y así lo llamó.
Aquí mismo, en este punto del Estrecho donde estamos ahora, Magallanes seguramente tuvo que sentirse bastante preocupado porque lo apretaba no solamente la tierra a su derecha y la tierra a su izquierda sino también tierra hacia el sur, que es hacia donde llevan las aguas, como lo vemos nosotros ahora, con su horizonte frontal así tapado en gran parte por variadas alturas, y sabiendo muy bien que la mayor anchura que aquí mismo existe no era necesariamente la salida más probable ni siquiera una salida.
No le tardó más porque tuvo la suerte de que, después de la tormenta inicial, buen tiempo lo acompañó durante toda la búsqueda. Un invaluable privilegio, nos parece, por lo que vemos.
Siguiendo con las aventuras de Magallanes, cuanto más Magallanes se acercaba a la desembocadura del Estrecho, tanto más se acercaba, sin saberlo, a una insospechada dificultad, un insospechado desafío, al mayor vacío - literal- y figurativamente hablando - de su expedición.
Resulta que Magallanes se imaginaba que, una vez vencido el desafío del Estrecho, sería fácil llegar a las islas Molucas, objeto de su viaje, porque las creía más cerca de América de lo que realmente están, pero, en la práctica, estaba por encontrarse, primero con la sorpresa, luego con la angustia, de semanas y de meses, casi cuatro meses, de sorpresiva, forzada, >>>>>>>>