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un lago al otro, por debajo o por dentro del ex-tapón de hielo. El túnel se va agrandando hasta que, finalmente, su bóveda se derrumba, y otra vez el canal se encuentra libre y los dos lagos a mismo nivel, todo listo para un nuevo ciclo. Incidentalmente, un dato curioso es que estos dos lagos, tan lejos del océano Atlántico, se encuentran a sólo unos 200 metros de altitud - en realidad, el mismo fenómeno altitudinal que los 400 metros de altitud de la cuenca amazónica al pie de los Andes y a 4.000 kilómetros del Atlántico.

Y ¿en qué punto del ciclo llegamos nosotros?

Aparentemente, en el mejor momento de vista y acción: con la oclusión del canal ya empezada, o sea cuando la faz del ventisquero ya se aproximó otra vez lo bastante como para que se vea sus detalles claramente, pero cuando el nivel de la obstrucción del canal es todavía bastante bajo para permitir muchas caídas de hielo del frente del ventisquero. Esta oclusión baja ocurrió hace recién cuatro meses, en agosto, lo que es lógico porque era invierno. El agua del lago vertedor ya subió tres metros. Se calcula que la próxima perforación podría ocurrir el verano próximo; si no, habrá que esperar al otro verano o al otro.  Y así seguirá el ciclo.

Las ocho horas y media que nos pasamos, primero casi al pie, y luego completamente al nivel del pie, del ventisquero, con las tres bajadas y subidas necesarias, y una subida y bajada más para Božka, para verificar la seguridad del coche, ilustran bien a las claras la múltiple fascinación de un espectáculo que logra la incongrua mezcla de un interés artístico - de colores, formas, sonidos - y de suspenso, a la vez de una ruleta y de una cacería, todo en uno, según sigue.

<║> El azulado general del ventisquero; sus azules, desde oscuros como ventanas sobre la noche hasta luminosos como si tuvieran iluminación interna; azules en conglomerados, oquedades, estratificaciones, salpicados, estrías; se entiende todo lo anterior, con una iluminación adecuada.



Mirando ... y admirando

<║> Los bloques; de formas y tamaños infinitamente varios, y ya sea de estabilidad a prueba de los próximos días, o de inestabilidad que no sobrevivirá el próximo segundo.

<║> Los sonidos; que sólo un literato podría enumerar en todos sus tipos, pasando por murmullos, golpeteos, explosiones, rugidos, tintineos; cada uno, a su vez, matizado por una infinidad de situaciones aleatorias; y el sobresalto causado por cada sonido - quizás sólo precursor de, o quizás concomitante con, un movimiento, movimiento quizás menudo, quizás gigante, quizás a la vista, quizás en algún recoveco de las entrañas del glaciar.

<║> El asombro y la majestuosidad de las caídas grandes, cuando ocurren - a veces, terminadas antes de que uno se dé cuenta de que empezaron; a veces, hesitando antes de desprenderse, volcándose como tratando de evitar la caída, >>>>>>>>