Nos inventamos la explicación, que será cierta o no, de que dicho extraño e interesante comportamiento se debía a las violentas turbulencias ocasionadas en la masa de niebla por el viento emborrascado a entre 20 y 50 kilómetros por hora, según medimos con nuestro anemómetro, y a los consecuentes permanentes cambios de ángulos entre el Sol, las gotas de niebla y nosotros.

Eventualmente, el arco iris desapareció al mismo tiempo que el tiempo se despejó totalmente; y el Sol, habiendo, mientras tanto, subido bastante en el cielo, ya iluminaba el ventisquero desde un ángulo más atractivo.

Bajamos. Esta vez, hasta donde ni los pocos se aventuran, completamente al nivel del pie del ventisquero; y cinco horas nos quedamos, mirando, escuchando, escuchando, mirando, en permanente alerta, en permanente percepción; y conscientes de los intereses intelectuales, mientras percibíamos los intereses sensoriales del glaciar.

Las puntas, y todo lo demás, de cerca

Este ventisquero no es cualquier ventisquero, por su génesis. Este ventisquero no es cualquier ventisquero, por su ubicación y por la consecuencia de ésta.

En cuanto a génesis, resulta que, como ya dicho, es parte de una extensión mayor, con largura de unos 170 kilómetros en Argentina y unos 360 kilómetros en Chile, y con anchura, de manera muy variable, entre 20 y 85 kilómetros; y que el conjunto no es el resultado solamente de nevadas de siglos recientes sino que tiene por núcleo el remanente del hielo de la última glaciación, o sea de hielo que se podría llamar geológico.

En cuanto a ubicación y a consecuencia de ésta, resulta que su frente tiene tres segmentos: un segmento da sobre un lago, otro segmento, sobre otro lago, y otro segmento, sobre un canal uniendo los dos lagos, por donde un lago se desagua en el segundo; y resulta que el avance del glaciar, así como parte de los témpanos que de él se desprenden, obstruyen, y finalmente tapan, el canal de unión entre los dos lagos, lo que inicia todo un ciclo, de una duración de entre dos años y medio y cuatro años, según sigue.

Todo empieza con un canal de libre comunicación permitiendo al lago vertedor y al lago recipiente mantener un nivel parejo. El crecimiento del ventisquero y sus témpanos van obstruyendo el canal, empezando a nivel del agua. Por esta obstrucción, se va elevando el nivel del lago vertedor, pero al mismo tiempo, de ahí en más, se va levantando también la altura de la pared de hielo obstructora, hasta llegar a una altura que, como todo lo demás en este ciclo, varía mucho, pero que alcanza aproximadamente 38 metros, o sea 38 metros de desnivel entre el lago vertedor y el lago recipiente.

Eventualmente, el agua del lago superior encuentra una fisura de filtración por debajo o dentro del tapón acumulado. Naturalmente, apenas pasó el primer filete de agua por la fisura, ésta se va agrandando, hasta formar un túnel, de >>>>>>>>