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ciertos de sus aspectos, con nuestras propias experiencias aquí, con nuestra avería, para enriquecernos con una cristalización ilustrativa de lo que se podría llamar el más-o-menismo, o sea la inhabilidad, quizás no funcional pero consuetudinaria, de exigirse a sí mismo un esfuerzo tenaz, multifacético y homogéneo, para establecer unas bases eficientes que, luego, integradas eficientemente, llevan a resultados eficientes.

Por ejemplo, en nuestro caso, nosotros tuvimos que sugerir y hasta insistir en que, en el pedido de los repuestos por teléfono, se especificara que nuestro eje tiene seis pernos, ya que los hay de seis y los hay de cinco; nosotros tuvimos que sugerir que se verifique si la mercadería llegó a Osorno, antes de emprender un viaje que no sería a tres cuadras de aquí. "Y si nos dijeron en Santiago que lo mandaron" se nos objetó. Y nosotros, teniendo que insistir que el hecho de que el gerente de Santiago había dispuesto el despacho de la mercadería no era prueba de que, en el almacén, la mercadería se había despachado, y además, aunque se hubiese despachado, ello no era prueba de que el medio de transporte no había tenido algún percance, y de que la mercadería estaba realmente en Osorno. También tuvimos que insistir en que, por la duda, midiéramos el largo del eje y la cantidad de sus estrias. También tuvimos nosotros que tener la idea de averiguar que mañana no habrá algún feriado por cualquier razón en Osorno, para no ir en vano.

Por todo cuanto, aquí, se nos tildó de "burócratas". Pero es gracias a tal tipo de organización previsional, o sea gracias, como caso concreto, al hecho de que llevábamos con nosotros desde el principio de la Expedición los manuales técnicos, de casi doscientas páginas, de desarme, arreglo y rearme de la totalidad de los componentes del vehículo, que pudimos pedir el diferencial por teléfono, sabiendo exactamente qué características, qué especificaciones, tiene.  Sin el libro, no sabemos qué se habría hecho.

Y, por ejemplo, en el caso de las Malvinas, los Britshits no ganaron porque tenían mejores y más armas, no ganaron por tener mejor eficiencia en las operaciones, ganaron porque, por costumbre, se exigen a sí mismos eficiencia racional en todo lo que hacen, chico o grande, todos los días, y es sólo por añadidura que esta idiosincrasia les resulta en mejores armas, mejor acción militar, y las Malvinas en sus garras imperialistas.

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Viernes.  Cubriendo jueves y viernes, no sin causa.

El jueves, a eso de las doce, don Julio y Karel estaban en Osorno, en la casa de repuestos.  Los repuestos también estaban.  Eso, ya lo sabíamos porque el >>>>>>>>