Después de últimas cogitaciones en cuanto a qué hacer, decidimos enfrentar el tremendo gasto, algo así como casi un tercio del valor total del vehículo.
Don Julio, que es el dueño del taller, irá a buscar las piezas personalmente en su coche, casi 300 kilómetros ida, otro tanto vuelta. Karel lo acompañará. Don Julio decidió ir pasado mañana, jueves.
Tal vez tendríamos que estar agradecidos a pesar del tremendo costo, porque sin el contacto en la aduana, ni siquiera eso se podría hacer.
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Miércoles.
Día de espera. Noveno día de espera, ya, desde que quedamos varados. Y nos quejábamos, por el resfrío y el diente, de ir acumulando tanto atraso.
Sin embargo, nos preguntamos qué sería de nosotros, qué estaríamos haciendo hoy, si no tuviésemos tanto atraso. Quizás tendríamos la mala suerte de estar, en estos momentos, en las pampas de la provincia de Buenos Aires; quizás estancados, o quizás incluso amenazados, por tremendas inundaciones que, desde varios días, ocupan la mayor parte de todos los noticiosos, con rutas cortadas, algunos muertos, y tremendas pérdidas económicas.
Un perdedor incidental de la catástrofe es la independencia intelectual del país, a manos de algunos de sus propios ciudadanos de eminencia, unos economistas idiotas que evalúan las pérdidas, con servilismo colonial libremente aceptado, en dólares, en vez de evaluarlas en la moneda argentina de australes, que, en estos momentos, es tan estable y vale más que el dólar vespucciano.
Por otra parte, no muy sorprendentemente con tantos días estacionarios, tenemos todos los trabajos, de escritorio y demás, al día.
Incluso, tuvimos, y tenemos, tiempo para ir leyendo un libro de 1.160 páginas en tres tomos, que el dueño del taller tuvo la gentileza y excelente idea de prestarnos el primer día que nos quedamos varados en su patio, libro de un interés mucho más amplio que su simple título sugeriría: nominalmente, sólo una recopilación, si bien muy exhaustiva, de toda la documentación obtenible, en el momento de la publicación, sobre la reciente guerra de las islas Malvinas, procedente de ambos bandos de la confrontación y de cualquier otra fuente, pero, en realidad, un tesoro de una gran variedad de temas, muchas veces transcendiendo lo que podría haber sido fácilmente una concocción parroquial; y, para nosotros, con el interés adicional, de aunarse, por >>>>>>>>