tienen todo lo que hace falta. Previa reconfirmación de una relación de engranajes, los repuestos podrían estar en Osorno en cuestión de un día o dos - pero después de una pausa de dos días, porque mañana se viene el fin de semana.
Habría que ir a buscarlos a Osorno, pasarlos por la aduana donde intervendría el contacto de nuestro mecánico.
Así que las cosas van para arriba, y esta noche será seguramente una noche más agradable. Claro, lo creeremos cuando lo veamos, pero no hay razones para no creerlo, aunque sea un poco, ya.
Mientras tanto, unas anotaciones sueltas.
▪ Nos enteramos de que, desde un par de días antes de nuestra llegada a la Argentina, hay estado de sitio, lo que de ninguna manera se nota en la vida diaria.
▪ El público de Bariloche nos parece ahora menos asocial que a primera impresión. Quizás lo que vimos al principio era un cargamento de turistas no representativo.
▪ Hay una similitud entre la plazoleta central de Bariloche y la Plaza de Armas del Cusco. Mientras, en el Cusco, hay las cholas paseándose con sus llamas para que los turistas se saquen fotografías con las bestias, mediante pago se entiende, aquí, en estos últimos días, aparecieron ostentadores de grandes San-Bernardos con sus tradicionales generosas proporciones, inclusive con su infaltable barrilejo de aguardiente colgando debajo del cuello, para que los turistas se saquen fotografías con ellos, mediante pago se entiende.
▪ Hubo una gran erupción de un volcán, después de siglos de inactividad, en Colombia, con decenas de miles de muertos. Parece que nos la estamos arreglando para evitar las grandes catástrofes.
▪ Es parte de los informativos de estos días la insólita situación de escasez de carne en este país de la carne. La Argentina tiene que importar carne del Uruguay para minimizar la deficiencia, que, se dice, es reciente y pasajera, pero, de todos modos, bastante sorprendente.
▪ Tuvimos la oportunidad de hablar con un Mapuche. Resultó ser la única persona, en lo que va de esta Expedición, que habló de manera muy elocuente contra la colonización gringa, no sólo tolerada sino fomentada y deseada por tanta gente en países que se olvidan de su propia herencia.
También, nos enteramos de que el idioma quechua se hablaba hasta en la provincia de Santiago del Estero de la Argentina, en cual provincia hay, en la actualidad, un grupo que trata de revivir el idioma y otros aspectos de la herencia quechua.