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calzada, pero, a primera vista, los resortes y los amortiguadores parecían estar bien.  De cualquier manera, el ruido, sin duda, era siniestro.

Por lo menos, sí, tuvimos la buena suerte de que la mala suerte nos alcanzó, como siempre hasta ahora, gracias a Dios, no en algún lugar desolado y desamparado sino con ayuda a mano. Nuestro tío a lo largo y ancho de la Argentina, el Automóvil Club Argentino, nos recomendó un taller mecánico de confianza y aquí estamos.

El dueño tampoco supo, a primera vista, de qué se trata.

Como llegamos al taller cuando cerraba para el almuerzo, se pospuso cualquier nueva decisión hasta cuando reabra ... recién a las 3. Tenemos por delante tres horas penosamente vacías para rumiar la situación, hacernos mala sangre e imaginarnos lo peor, esperando firmemente, al mismo tiempo, por optimismo innato, que lo peor no llegará a pasar.  Pero ¿quién sabe?  Veremos.

Las 3. Por lo menos, son cumplidores. Empezó el desarme del diferencial, en los dos pasos previos simples que ya conocemos por cuando nos cambiaron ejes anteriormente: abrir el diferencial y sacar una chaveta.

Pronto se sabrá la verdad.  ¡Pero qué siniestro ruido, el de esta mañana!

Las 4. Hace rato que el diferencial está abierto pero la chaveta, que habría que poder sacar con dos dedos, no quiere salir.

Las 5. La chaveta está trabada adentro. Un trabajo ininterrumpido no la pudo desalojar.

Las 5:30. El dueño desapareció, en su coche, quién sabe a dónde.

¡Ahá! Reapareció, con otro hombre; por lo visto, como consultor, porque dos cabezas valen más que una. Ambos están luchando debajo del coche. ¡Increíble! ¿Qué va a pasar?

Ah, salió la chaveta.

Media hora más tarde, la verdad está a la vista: piezas gastadas, piezas rotas, en el diferencial. Y de estas cosas, en la Argentina, desde ya, no hay, porque la Argentina no es territorio de la marca de nuestro vehículo sino de otras marcas, como vimos ya que cada país tiene sus predilecciones. Y las importaciones están estrictamente cerradas.

Ya sacaron el diferencial afuera, pero ni siquiera lo pueden desarmar porque no disponen de las herramientas especializadas necesarias.