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El filtro seguía perdiendo, pero no más que de a gotita. Decidimos seguir por la isla hacia el sur, hacia la ciudad de Castro.

Tanto en el trecho hacia Ancud, como en el trecho entre Ancud y Castro, la isla de Chiloé no nos mostró nada más extraordinario que una amable campiña verde y ondulada, con vacas pastando, con grandes extensiones de arbustos silvestres espinosos de hermosas flores amarillas, y con casitas humildes de madera siempre a la vista; una densidad de población quizás sorprendente para una isla tan fuera de camino.

Naturalmente, seguimos parando para ir verificando la pérdida de aceite, pero cada vez más espaciadamente, ya que la cosa parecía estabilizada.

Llegamos a la plaza central de Castro bajo una catarata de altoparlantes, no solamente tolerados, sino usados, una mejor palabra sería abusados, por la misma municipalidad que tendría que prohibirlos, con ruido musical en el más puro inglés. Parece que todos, del simple ciudadano al gobierno, se empeñan en borrar su propia herencia y cultura.

En Castro, nada.

En base a lo intranscendente que habíamos visto hasta entonces, tanto en el campo como en los poblados, decidimos que era perfectamente inútil seguir más hacia el sur.

En cambio, descubrimos que, a cuatro kilómetros de la ciudad, en un sitio llamado Putemun, hay una estación de mitilicultura del gobierno. Allí nos dirigimos y, gracias a la gentileza de los encargados, nos enteramos de lo siguiente.

Procuran mejorar la reproducción y la cría de moluscos, en este caso, de choros, o sea almejas chilenas, en relación con la reproducción y cría en condiciones naturales.

Como primera etapa de trabajos, procuran lograr un aprovechamiento más completo de una colonia natural de los moluscos, evitando las grandes pérdidas naturales de la cría, tanto recién nacida - medio milímetro al nacer de un huevo - como en crecimiento - dos centímetros a los cuatro meses, y siete centímetros cuando apta para consumo.

Se logra dicho propósito con la siguiente secuencia.

() Se provee a la cría recién nacida en el mar, se entiende que en un receso tranquilo, soportes donde se pueda agarrar. Estos soportes son redes extendidas entre flotadores y pesas.

() A los cuatro meses, se recoge las redes, se desprende las crías, y se las transplanta sobre otro tipo de soportes, éstos, lineales, como una soga o un tubo, sobre los cuales se sujeta la cría artificialmente, embalando soporte y cría en un material que durará suficiente tiempo para que la cría alcance a >>>>>>>>