este caso, nuestros descubrimientos tienen un carácter más especial, ya que se trata de una cosecha y de un producto que, a la vez, son el símbolo mismo de la alimentación de la humanidad en su evolución, y tienen una influencia directa e inescapable sobre nuestra salud.
Pero ahora no hay tiempo para el interesante trabajo que será poner en orden todo lo visto y aprendido. Tenemos que apurarnos para llegar, en pocas horas, a la localidad de Frankfort, bastante más al norte en la península de Michigan. Allí, tenemos una cita en una planta de procesamiento de frutas, y tiene que ser hoy y no mañana porque hoy es el 23 de diciembre, y mañana la planta no trabaja.
Viajando, pero se ve que vamos a llegar demasiado tarde.
Llegamos demasiado tarde, pero - salvación - también hay turno de noche. Nuestra primera, y esperamos que última, visita nocturna. Veamos.
Visto. En esta visita, también nos encontramos, con el ingenio humano para concebir y ejecutar toda clase de maquinarias, y con el desprecio humano para la salud de sus semejantes por razones de superficiales propósitos cosméticos en el producto.
Pero, ahora, a dormir. Mañana, veremos harina y manzanas.
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Hoy, felizmente, 24 de diciembre; felizmente, nos podemos quedar en el terreno de esta planta, en pleno campo, con fondo sonoro gratis por vacas y terneros de estos pagos; y, felizmente, tiempo para la harina y las manzanas de ayer. Veamos.
Para empezar, de trigo a harina.
►► / Primero, hay que eliminar impurezas de entre los granos.
• se elimina piedras, pedazos de paja, y objetos similares, con tamices oscilantes;
• se elimina materiales livianos, con corrientes de aire y campanas de succión;
• se elimina granos de otros cereales que hubiere, por medio de discos construidos de tal forma que aceptan el tamaño aproximado del grano de trigo pero eliminan granos por demás más grandes o más chicos que el tamaño común del trigo;
• se elimina partículas de hierro o acero por medio de un electroimán;