células fotovoltaicas utilizables aparecieron recién en la segunda mitad del siglo XX, de 1955 en adelante.
Y "utilizables" no significa exactamente "eficientes". Si bien la realidad entusiasmante es que se podría satisfacer los requerimientos humanos de energía en un 100/oo del globo terráqueo con la energía solar en sólo el 0,01/oo de la superficie del globo, la triste realidad es que la eficiencia de conversión está todavía bien baja: si bien se espera lograr células-campeonas con una eficiencia del 35/oo, por ahora la eficiencia práctica con células fotovoltaicas de producción industrial es de sólo alrededor de 11/oo.
Aquí, la corriente así producida está utilizada en primer término, naturalmente, en las transmisiones radiales; cuando la corriente producida es más de lo necesario, el sobrante se almacena en baterías de acumuladores; cuando la producción es menos de lo requerido, el sistema se conecta automáticamente a los acumuladores para recibir de ellos la diferencia que hace falta. En caso de una falla mayor en la producción fotovoltaica de electricidad, el sistema de la emisora se conectaría, también automáticamente, a la red de electricidad municipal.
Hasta ahora, los resultados obtenidos son bastante alentadores porque, a pesar del clima poco favorable, las células fotovoltaicas proveen un 70 hasta 90/oo de los requerimientos anuales de la transmisora.
No sin su lógica, es esta estación de radio solamente diurna; su licencia de funcionamiento especifica "de Sol a Sol".
Vimos aquí, en la Tierra, algo de lo que pasa en los satélites.
Por otra parte, así como nosotros teníamos interés en la emisora, la emisora tuvo interés en nosotros, y nos hizo una entrevista para el beneficio de sus oyentes.
Estamos pasando la noche justito al pie de la torre de transmisión de esta radiodifusora.
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Hoy, teníamos que haber empezado un nuevo capítulo, una nueva etapa, una nueva aventura se podría decir, en el itinerario de esta Expedición. Hoy, teníamos que haber quebrado nuestro derrotero en por lo menos cien grados hacia la derecha, y haber empezado a viajar nuevamente hacia el norte; hacia la lejana, intimidante, meta de la bahía de Hudson - con la esperanza, el anhelo, pero sin la aseguranza, de llegar; pasando, para empezar, por Detroit - Détroit, originalmente - y Toronto.