Por otra parte, hay que reconocer que, por lo escuchado en el receptor y observado en la estación, esta filial de Radio Nacional está haciendo milagros en FM y AM con medios casi fantasmales.
Božka fue a hacer una llamada telefónica internacional y regresó muy irritada: naturalmente, tuvo que ir a la consabida oficina especial; dos horas de espera, cuando, recién, en Chile, fueron diez minutos para la misma llamada; cabinas telefónicas con lugar tan sólo para quedar parada, cuando, en Chile, había un lujoso sillón; cuatro empleadas para un trabajo que, en Chile, requería dos, y las cuatro charlando, charlando, atendiendo a los usuarios sólo incidentalmente; y la exigencia, a pesar de tratarse de una llamada a cobrar en destino, y por lo tanto sin posible problema de cobro aquí, de tener un documento de identidad; y la cretina exigencia de tener una dirección - ¡una dirección, para hacer una llamada teléfonica! - y no cualquier dirección sino aquí, en Salta, aun tratándose de gente de paso. Poca eficiencia y mucha estupidez.
Božka también fue al correo y regresó amargada: que el empleado no está, que estampillas habrá más tarde, que las estampillas todavía no llegaron, que hay que ir a la ventanilla de encomiendas para mandar una carta, y, finalmente, un recibo de certificado grande como dos estampillas, sin constancia de fecha ni de remitente ni de destinatario, a un precio cobrado ilegible.
En conjunto - entre el correo, el teléfono, la aduana - un cuadro bastante desilusionante del sector público, después de la buena impresión causada por el sector privado.
En estos días, también vimos dos titulares de particular interés retrospectivamente para nosotros: "Se agudiza la crisis en Bolivia; ocupó el ejército la ciudad de Sucre." "Mineros peruanos marchan por Lima al finalizar su segunda semana de huelga."
Los conductores argentinos no temen la intimidad en el estacionamiento. Se estacionan paragolpe contra paragolpe. ¿Y cómo salen? Muy simplemente, empujando un cachito el de atrás, empujando un cachito el de adelante, y ya se hacen lugar para salir; y siendo esto una costumbre, nadie aprieta el freno de estacionamiento.
Por otra parte, el tráfico es bastante civilizado y respetuoso.
Y ahora, dejando la "Muy Hermosa" - que parece que es el significado de la palabra aimará Sagta, que parece que es el origen del topónimo hispanosonante Salta - hacia el sur. Lo malo es que tenemos dos posibles metas, por caminos totalmente diferentes. Por una parte, los valles calchaquíes, una tradicional vuelta turística de los Argentinos, pero probablemente de muy poco interés y poca novedad para nosotros, y por otra parte, unas pinturas rupestres que, creemos, podrían ser muy interesantes, pero que no tenemos seguridad alguna de poder encontrar.