radioemisoras locales; y anunciado como internacional, no se extendió más en las noticias internacionales - excluyendo los rehenes de siempre pero incluyendo, por ejemplo, datos económicos como ser las tendencias de los precios de los cereales y otras mercaderías que el país exporta o importa, y que seguramente tienen más estrecha relación con los intereses nacionales e internacionales del país que lo que pasa en una parroquia o en el Medio Oriente.
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Hecho lo dicho. Nos levantamos bien antes del amanecer y estamos viajando en la casi oscuridad hacia Salta.
Entre San Antonio de Los Cobres y la salida de la Cordillera hacia la llanura de Salta, cruzamos treinta vados.
En los aledaños de la ciudad, y ya con luz total, vemos tanto casitas prolijas, sólidas, siempre de mampostería, aun cuando a veces pequeñísimas, como también grandes quintas de amplios terrenos y distinguidas viviendas, a veces con muros de cercado de piedras asentadas en cemento de centenares de metros de largo, denotando indudablemente holgura económica.
Naturalmente, por fin, el camino se volvió de asfalto.
Y pasó nuestro primer día en Salta.
Al llegar, nos estacionamos en un lugar prohibido frente a la Dirección de Turismo, pero su gente nos dijo que no habría problema, y ahí nos sirvió nuestro coche de cuartel general, porque todo se encuentra dentro de distancia de caminar, y encontrar otro lugar para estacionar es prácticamente imposible.
Primera cosa: a la sucursal de la Administración de Aduanas para ver, qué problemas podrían surgir de los errores del funcionario fronterizo, y cómo es, en definitiva, la cuestión de las salidas y entradas múltiples de, y a, la Argentina, y la cuestión de la acumulación de las estadías en la Argentina.
Mediante dos largas horas, una salvedad, una firma y un sello, quedó eliminada cualquier posible consecuencia de los errores fronterizos, por decisión de la autoridad superior. Y en cuanto a las salidas y entradas múltiples y a las estadías, vale lo que no osábamos esperar: podremos, en contradicción con la Dirección Nacional de Aduanas, salir y entrar cuántas veces deseemos y quedarnos cada vez lo que necesitemos; en otras palabras, todo de medida.
Segunda cosa: establecimos contacto con el dinero argentino, lo que no fue establecer contacto con cualquier dinero como en los demás países.