minutos más tarde, ya no habríamos encontrado porque justamente salía de viaje para todo el día de mañana.

Le explicamos nuestros deseos y él puso todo el museo y todo su contenido a nuestra disposición, y así lo manifestó a uno de sus ayudantes. Así que, mañana, tendremos el museo a nuestra disposición, y si no resulta alguna fotografía interesante, no será por falta de oportunidad sino por culpa nuestra.

También, nos dio para escuchar la grabación de un programa radial preparado por el museo, vale decir por él, para instrucción por la radioemisora del pueblo. Otra vez, nos quedamos sorprendidos ante la existencia de semejante nivel cultural, y ante la prolija y eficiente ejecución técnica de la grabación, con músicas de fondo y con todos los recursos del medio, en semejante punto perdido en las inmensidades de los desiertos.

Posteriormente, quedamos sorprendidos, por tercera vez pues, por la existencia en este mismo punto perdido en la inmensidad del desierto, de una pequeña biblioteca pública con todas las de ley, incluyendo bastante cantidad de libros y una bibliotecaria.

Todo ello, como para refrescarle el ánimo a uno.

Mientras tanto, lamentablemente, un denso, finísimo, polvo nos aprieta como material de moldeo, corta la vista a menos de veinte metros en las calles, y está cubriendo nuestro vehículo de una creciente capa que nos hace pensar en la ceniza de Pompeya.

. .
*
▪

Hoy, según lo previsto, tuvimos el museo y todas sus posesiones a nuestra disposición. Ahora, vamos a ver si esperamos el regreso del director para agradecerle debidamente.

Mientras tanto, entre otras cosas, auscultamos las ondas cortas; con las otras, es inútil perder tiempo.

~~ Captamos una emisión en árabe que, por supuesto, para nosotros resultó totalmente incomprensible - y tal vez haya sido mejor así, para no aguantarnos otra tanda de las mismas propagandas de siempre. Pero la música no requirió traducción: cautivó nuestra atención aunque haya sido tan sólo por su raridad. Además, quizás por los estereotipos a los cuales fuimos sometidos desde siempre, nos pareció muy adecuada al ambiente desértico.

~~ Por otra parte, desde Canadá, nos enteramos de una marcha de protesta en Santiago, con atentados y un apagón de electricidad de varias horas; así como en otras ciudades; pero, aquí, en la aislación de este oasis artificial en el medio del desierto, no hubo el menor indicio para delatar dicha situación.