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labor tesonera de un solo visionario, se sabe que esta latitud del desierto chileno era un corredor de comunicación entre la costa y el altiplano, y, quizás, hasta la selva detrás de la Cordillera, a lo largo del río Loa, el único río de verdad, y con agua en todo su curso, en los desiertos chilenos.

Como base y corroboración de lo susodicho, nuestro visionario, que, hoy, es también el curador de dicho museo, efectuó las únicas excavaciones arqueológicas de la zona, en un sitio a pocos kilómetros de María Elena, sobre el río Loa, denominado Chacance. De ahí sacó todas las piezas, de la primera a la última, que hoy se guardan en este pequeño museo.

ð Se estima que este asentamiento data de unos 300 años antes de la invasión europea.

ð Se trata de un asentamiento sedentario en la zona de oasis creada por el río Loa, en un sitio escogido a mitad de camino entre la costa y la Cordillera.

ð Tenía agricultura bastante extensa basada sobre riego por canales, con producción de maíz en bastante gran escala, como alimento y para bebida.

  La bebida era, no muy sorprendentemente, la omnipresente chicha; pero, entre los alimentos en base a maíz, se encontró, como nosotros mismos vimos con ojos incrédulos en el museo, palomitas de maíz reventón. En esta era de aplanamiento cultural de todo el planeta, todo el mundo entenderá si decimos que vimos, incrédulos, popcorn; de manera que las modernísimas máquinas vendedoras de popcorn nada inventaron.

ð    La población pues era estable y permanente, con un flujo bastante considerable de tránsito de caravanas de camélidos, o sea, en este caso, de llamas.

ð  Hay indicios de ritos religiosos como agradecimientos por un tránsito expedito y seguro entre Cordillera y costa.

ð También hay evidencias de ritos más severos, con ofrendas humanas. Se encontró momias de cuerpos decapitados, que vimos en el museo; también se encontró entierros que, seguramente, fueron efectuados con seres vivos; y también se encontró, con cierta lógica, entierros de cabezas solas.

Este sitio se denominó Chacance I, porque hay evidencias de otros sitios en la zona, si bien de éstos todavía nada se sabe.

Muy curiosos, estos nuevos descubrimientos arqueológicos en el medio de uno de los más áridos desiertos del planeta.

Naturalmente, muchos de los datos que se van recogiendo provienen del cementerio.