interés no tiene, pero tiene la tecnología de recibir, seleccionar, mantener vivas, y despachar, semillas: Dinamarca.
Pasamos varias horas en lo que tenía que haber sido nuestra meta ayer de tardecita: el sitio arqueológico de Cerros Pintados.
Es un importante conglomerado de geoglifos, importante por lo menos cuantitativamente. Hay unas 392 figuras de variados tamaños, generalmente grandes, agrupadas en 60 sitios, o paneles, a lo largo de varios kilómetros sobre las faldas de una sucesión de colinas, frente al implacable desierto.
Hay unas pocas representaciones antropomorfas, unas pocas representaciones geométricas, y una mayoría de dibujos zoomorfos - algunos de éstos, provistos de la misma decoración de manchas de tigre que vimos en la figura zoomorfa del desierto de Tarapacá, manchas formadas por montículos de piedras.
Karel se contagió por el humor
Todo ello, interesante por su variedad y su densidad, pero de hechura bastante primitiva, y ciertamente sin ninguna posibilidad de comparación con la elegancia de algunos de los geoglifos de Nasca.
Además, no estamos seguros de que estos dibujos sean, correctamente, geoglifos - salvo que, evidentemente, no son petroglifos por no estar en una piedra, y sí utilizan el suelo como fondo; pero no son geoglifos como aquellos de Nasca, y, de todos modos, su resultado final, o sea la impresión que dan, se parece mucho más a la impresión dada por los petroglifos, en este caso a una escala gigante, que a la impresión dada por los geoglifos de Nasca.
Lo diferente e interesante en la técnica de estos geoglifos - para llamarlos así mientras no se encuentre otra denominación mejor, quizás geostampas - es que utiliza, tanto la remoción de piedras de la superficie para formar un dibujo con el área limpiada, como la acumulación de piedras, ya sea para adornar un dibujo hecho de superficie limpiada o para incluso formar un dibujo.
Muy bien. Pero tenemos una pregunta. Viendo, apenas se raspa la tierra superficial de color gris pardo, la gran riqueza cromática de las rocas que forman estas lomas, nos preguntamos por qué aquellos que se tomaron tanto trabajo en hacer tantos centenares de figuras en laderas frecuentemente incómodas, no hicieron sus expresiones - que hayan sido artísticas o rituales - más coloridas, más variadas, en vez de limitarse al pobre contraste del gris pardo del fondo con el negro de las piedras. ¿O es que quizás, en otros tiempos, hayan sido polícromas las figuras, y que la intemperie y el Sol les hayan lavado los colores?
Por otra parte, el camino de acceso a estos geoglifos - o geostampas - pasa por los restos de un pueblo que debió de ser bastante extenso, con docenas de casas de espesos muros de adobe alrededor de una vasta plaza central y de una >>>>>>>>