español english français česky

En conjunto, un ambiente de remolinos y torbellinos muy diferente del apacible ambiente electoral vespucciano donde todo se desarrolla inmutablemente según conocidos ritos establecidos por la tradición como en un cuento de hadas, en el cual no se permitiría a ninguna novedad drástica perturbar la quieta expectativa de la audiencia, perdón, del electorado.

Ahora que, viendo los resultados prácticos, por una parte en Vespuccia, y por otra parte en Bolivia y otros países similares, se nos impone otra vez la sospecha, más bien convicción, de que la democracia de la verdadera multiplicidad de voces del pueblo no lleva a nada concreto, y de que, para que todo el mundo jale en una misma dirección y no se pierda en una plétora de argumentaciones estériles, hace falta una monodirección - aunque disfrazada de bipartidismo, para no dar lugar a acusaciones de dictadura. ¿Así que democracia verdadera en una sociedad compleja, una falacia?

Otra ventana sobre Bolivia resulta ser muchas ventanas sobre un chiquero. Resulta que, un buen día, llegó un ómnibus escolar con su cargamento de niños para hacerles visitar las instalaciones del aeropuerto. Excelente idea - solamente nos preguntamos por qué vimos dicha iniciativa una sola vez en tanto tiempo, en vez de repetidas veces, como parte del desarrollo cultural de todos los niños de la ciudad y aledaños y alrededores.

De todos modos, volviendo al grano, cuando los niños regresaron de su visita y se reinstalaron en el ómnibus, durante los pocos minutos que pasaron antes de la partida, se desató y mantuvo una tupida metralla, por todas las ventanillas del vehículo, de cáscaras de fruta y, más aún, de envoltorios de toda clase de porquerías comúnmente llamadas golosinas, de manera que cuando, finalmente, se alejó el ómnibus, su lugar de estacionamiento quedó perfectamente delineado por dicha basura. Nos preguntamos cuántos millones de dólares y cuántos equipos electrónicos hace falta para terminar con este subdesarrollo. Y no hay que olvidar que los niños son el reflejo de la sociedad que los cría, por lo tanto no hay que extrañarse de ver gente andar por la calle - desde una chola muy tradicional hasta una jovencita vanidosamente de última moda foránea, incluyendo también toda clase de hombres, botando su basura en el suelo cuándo y dónde se les da la gana.

Y nada más por ahora. Sólo seguir esperando la dichosa bomba, no sin un poco de permanente temor en el trasfondo porque el país, como siempre, está en ebullición huelguística. Hay huelgas por donde uno quiera mirar, y no sería imposible que, en cualquier momento, todas se aglutinen en una nueva huelga general, y por tiempo ilimitado, como parece ser la costumbre aquí.

Finalmente, estando nuestras mentes más o menos libres de la implacable presión cotidiana que hasta ahora siempre las abrumó, empiezan a cristalizarse conceptos, filosóficos si se quiere, surgiendo de ciertas observaciones materiales; pero, perezosamente les vamos a dar tiempo a estas ideas, a ver si se definen y maduran solas, con tan sólo el trabajo para nosotros de recogerlas.