sea más largo que el minuto original; recién después de terminar la llamada, y cuando uno ya colgó el transceptor del teléfono público, vuelve la operadora a llamar, e indica cuánto dinero adicional hay que echar en el aparato para completar el costo de la llamada; nos preguntamos qué recurso tendría la operadora si alguien no tuviese la honestidad natural de hacerlo. Otra cosa que observamos en el teléfono, y bien práctica, es que el teléfono público tiene su propio número y que, por lo tanto, se puede recibir llamadas como en un teléfono particular.
Esta zona es realmente de manzanas; estamos viendo más y más manzanares. Vemos que están siendo atendidos: por ejemplo, en un manzanar, lo estaban podando y le estaban echando paja alrededor de las raíces. Hay manzanares de plantas todavía chicas, sostenidas por estacas y protegidas por micro-cerquitos de tejido de alambre. También vimos cómo fenece un manzanar: pasamos por uno, donde todos los árboles yacían, arrancados de raíz, y un tractor todavía trepidaba a orilla del ex-vergel.
Ya desde Rochester estábamos viajando más o menos paralelamente al lago Ontario pero recién ahora acabamos de verlo - o, por lo menos, el manto de niebla que lo cubre, porque éste es el tipo de tiempo que tenemos hoy, con un poco de lluvia de yapa.
Hemos parado para la noche, no lejos de la desembocadura del canal de desagüe desde el lago Erie al lago Ontario - un canal natural que oficialmente se llama río, pero habría que ver la definición exacta de un río. Mañana, veremos las cataratas y la central hidroeléctrica ladrona.
Es un poco al oeste de este canal que se encuentra la escalera acuática que vence las cataratas para barcos de alta mar, con ocho esclusas de las quince que existen en toda la Víalmar/Seaway.
Pero, en casos de tensiones internacionales, la manera más rápida de navegar del lago Erie al lago Ontario es directamente por las cataratas no más: es por esta vía que los Canadienses mandaron un barco vespucciano en 1837, después de haberle prendido fuego. Eran los tiempos cuando Vespuccia trataba de materializar su Manifest Destiny también hacia el norte, y los Canadienses tenían que defenderse contra el expansionismo como podían.
Esperamos que no estamos cerca de un lugar llamado Love Canal, que sabemos que se encuentra en esta zona general, y que es uno de los muchos sitios de desastres químicos y/o radioactivos de Vespuccia.
En este caso, se trata de todo un barrio contaminado por emanaciones de un basural químico dejado por una empresa industrial. Los habitantes empezaron a enfermarse de todas las dolencias serias imaginables: hasta se observó en la gente cromosomas dañados. El escándalo llegó a tal punto que, a pesar de la inercia burocrática habitual, el gobierno federal finalmente tuvo que evacuar, a su costa y expensas, 230 casas de esta zona, si bien, según ciertas >>>>>>>>>>>>>>>>