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una, ir calentándolas desde una de las puntas para ir ablandándolas, e ir despuntándolas, segmento por segmento, en una prensa con la forma del lente deseado, cuidando que cada elemento de la prensa esté siempre calentado para que el vidrio no se quiebre al contacto con algo frío.

Así se terminó nuestro contacto con Kodak.

En 1888, la empresa ofreció, como uno de sus primeros productos, su cámara Número Uno; que era un cajón que venía de fábrica ya cargado con su película para cien fotografías, y que había que mandar de vuelta a la fábrica, cajón y película, para el revelado, después de lo cual, la fábrica le insertaba otro rollo de cien fotografías y lo mandaba de vuelta al cliente, todo por correo.

En 1930, para el quincuagésimo aniversario de su fundación, la empresa ofreció una cámara gratis a cualquier niño/niña de doce años de edad en Vespuccia y en Canadá.  La idea le costó ... 557.000 cámaras.

<♦>  Y pensar que esta empresa tan variada y compleja, a más de lo que vimos, también tiene un departamento de investigaciones con dos mil científicos e ingenieros y otros empleados para asegurarse su porvenir en el mundo de mañana.

Después de la avalancha de sorpresas que tuvimos en estos días pasados - con el Centro del Vidrio de Corning y con los varios complejos industriales de Kodak, estamos viajando hacia nuestra nueva meta, las cataratas de Niagara, donde visitaremos, naturalmente, las famosas cataratas, y donde también tenemos una cita para visitar la central hidroeléctrica que roba, desde hace unos años, una gran cantidad de agua a las cataratas.

La zona por donde estamos viajando parece ser un resumen de todo lo que hemos visto hasta ahora. Es una mezcla de establecimientos agrícolas chicos, de pequeños pueblos y de casas aisladas. Las casas son lo de siempre - salvo una casa que tiene que pertenecer a un no-conformista o dueño de una cantera porque parecía hecha, y creemos que realmente está hecha, de piedras al natural; los pueblitos son lo de siempre; los establecimientos agrícolas son lo de siempre, salvo que hay mucho menos silos que en otros lugares, y salvo que hemos visto, en lo que tenemos recorrido, una buena cantidad de manzanares, cada uno, de buen tamaño, lo que no es para sorprender ya que estas zonas son ideales para manzanas.

No hay duda de que no estamos más en Québec. No hay más crucifijos en los cementerios; no hay más grutas a la Virgen.

Acabamos de tener una experiencia con el teléfono que resulta bastante agradable. Nos detuvimos en un teléfono público para llamar a larga distancia varias fábricas que tenemos que visitar en los días próximos. El pago de cada llamada se realizó de la manera siguiente: al discar el número, la operadora interviene en la línea y fija qué monto hay que depositar para el primer minuto de la llamada; luego, se habla todo el tiempo que se necesite aunque >>>>>>>>